julio/agosto 2006 |
por T. Rajamoorthy
Mientras Israel intensificaba su campaña para aislar a Hamas (Movimiento de Resistencia Islámica) calificándolo de organización “terrorista”, recibió un embarazoso recordatorio sobre los vínculos pasados del sionismo con el terrorismo.
La reciente desclasificación de archivos del Servicio de Seguridad británico (MI5) reveló que en 1946, el MI5 había advertido al entonces primer ministro Clement Attlee que terroristas judíos planeaban asesinar al canciller Ernest Bevin como parte de una campaña de atentados con bombas en suelo británico. La campaña terrorista planificada finalmente quedó limitada a una serie de cartas-bomba. En 1947, unas veinte de esas cartas fueron enviadas a figuras prominentes en Gran Bretaña, incluidos Bevin y su predecesor conservador, Sir Anthony Eden.
Los documentos también revelaron una conspiración del rabino sionista estadounidense Baruch Korif para bombardear Londres desde el aire, plan que aparentemente fue desbaratado por el MI5, mediante una serie de arrestos en París.
Sin embargo, las advertencias se concentraron en las actividades de los dos principales grupos terroristas sionistas, Irgún y la banda Stern.
En su advertencia, James Robertson, jefe de la Sección de Medio Oriente del MI5, reveló que su agente en Jerusalén había recibido información de que “los grupos Irgún y Stern habían decidido enviar cinco células a Londres” y que habían “entrenado a miembros selectos para asesinar a una destacada personalidad británica”. “Varias veces se hizo especial referencia al señor Bevin”, agregó.