Amnistía Internacional ha pedido a las autoridades de Azerbaiyán que pongan fin de inmediato a la represión contra activistas que se preparan para una protesta, prevista para el 11 de marzo, inspirada en los recientes acontecimientos en Oriente Medio y el norte de África.
Los activistas afirman que los han detenido, torturado, y les han negado el acceso a asesoramiento jurídico como parte de las medidas de represión de la protesta, que se ha organizado a través de sitios web de redes sociales como Facebook.
“Las autoridades de Azerbaiyán deben acabar de inmediato con esta represión y permitir que los activistas organicen protestas pacíficas”, ha manifestado John Dalhuisen, director adjunto del Programa de Amnistía Internacional para Europa y Asia Central.
El activista Bakhtiyar Hajiyev, de 29 años, fue detenido el 4 de marzo porque al parecer infringió una orden judicial que le impedía salir de su ciudad natal de Ganja, y fue interrogado por la policía en relación con sus opiniones publicadas en Facebook.
Ese mismo día, un tribunal de Ganja decretó su prisión preventiva durante dos meses, en espera de que fuese juzgado por eludir el servicio militar. De ser declarado culpable, podría ser condenado a dos años de cárcel.
Durante la vista judicial, Bakhtiyar Hajiyev pasó una carta a su abogado en la que afirmaba que, mientras estaba bajo custodia, la policía lo había golpeado, torturado y lo había amenazado de violación. Ha iniciado una huelga de hambre para protestar por la situación.
“Bakhtiyar Hajiyev ha sido objeto de continuo hostigamiento únicamente por expresar sus ideas de modo pacífico.”
“Deben investigarse exhaustivamente y sin dilación las denuncias de tortura y malos tratos”, ha afirmado John Dalhuisen.
La policía sostiene que Bakhtiyar Hajiyev no se presentó diariamente en comisaría, a lo que estaba obligado desde la apertura de una causa penal contra él a finales de enero tras ser detenido previamente en noviembre de 2010 por eludir el servicio militar.
Las autoridades azerbaiyanas ya han recurrido en anteriores ocasiones al reclutamiento forzoso de personas críticas con el gobierno, como ha ocurrido con el periodista Eynulla Fatullayev, al que Amnistía Internacional considera preso de conciencia.
“El principal objetivo de las autoridades de Azerbaiyán es amedrentar a los jóvenes para lograr someterlos, debido a lo que está ocurriendo en el mundo árabe”, ha manifestado Fuad Hassanov, activista de derechos humanos azerbaiyano.
Dayanat Babayev, miembro del Comité de Juventudes del Frente Popular de Azerbaiyán, que ha ayudado a organizar las protestas, también fue detenido el 4 de marzo. Estuvo dos días detenido en régimen de incomunicación, y fue condenado a 10 días de detención administrativa por obstaculizar la labor policial.
Según la policía, fue detenido en una calle de Bakú por maldecir por teléfono. Sin embargo, Dayanat Babayev sostiene que fue detenido en un cibercafé por agentes de los servicios de seguridad. Sus padres no se enteraron de su detención hasta el 6 de marzo, tras averiguaciones no oficiales, y hoy se ha reunido con su abogado por primera vez desde su detención.
Otro hombre, el estudiante Etibar Salmanly, que había distribuido folletos anunciando la protesta del 11 de marzo, ha decidido ocultarse, tras visitar la policía su casa esta mañana cuando él no se encontraba allí; según informes, pretendían interrogarlo en relación con las denuncias de que había “maldecido a una mujer” en la calle.
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