miércoles, 13 de abril de 2011

Aspectos históricos y económicos sobre el tráfico de drogas frente a las relaciones de cooperación internacional que rigen la materia

Este artículo no solo es sumamente imparcial y notablemente fundamentado, sino que también sirve como una ejemplificación en cuanto a los comportamientos sociales, que en este caso en las drogas, se repiten ciclicamente a lo largo de la historia, y como, con la primer premisa del beneficio económico por delante, dejamos sumidos en la adicción y la miseria a generaciones enteras, de la misma manera que ahora se satisfacen otras necesidades, falsas, que como por ejemplo los dulces o la comida denominada "basura" (por algo será), desencadenan en la obesidad, la exlcusión sociald, la inseguridad y demás.
En el caso de las drogas con consecuencias psicológicas y físicas directas, sin mencionas notorias con una necesidad de consumisión mucho más grande.
Entonces la conclusión aplicable socialmente es que las consecuencias de seguir viviendo en un sistema como este con sus valores equívocos e in-morales desde cualquier punto de vista tiene que ser desechado inmediatamente, sino así, seguiremos destruyendo generaciones enteras directa o indirectamente.
Dejemos de tratar la droga como una mercancía y dejemos de consumirla para no afrontar la realidad, cosas difíciles de conseguir en la realidad colectiva actual, pero de otra manera nos seguirán controlando y manipulando a su antojo los "poderosos" del dinero o de la política, que dejarán de serlo en cuanto dejemos de sumir a su falsa ética, moral y acción.
BⒶSTⒶ, Salud y Libertad
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ASPECTOS HISTÓRICOS Y ECONÓMICOS SOBRE EL TRÁFICO DE DROGAS FRENTE A LAS RELACIONES DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL QUE RIGEN LA MATERIA

Lic. Cristina Rojas Rodríguez 
Asesora Técnica del Proyecto de Fortalecimiento de la Administración de Justicia, Bolivia

"Cuanto mayor sea la deuda de los países en desarrollo y más severas las medidas económicas y políticas de la banca y del Fondo Monetario Internacional, mayor y más rápida será la reorientación de la capacidad agrícola y de los recursos financieros hacia la producción y exportación de drogas hacia los países acreedores en que existe demanda..."

(John Auld, Nicholas Dorn & Dorn Nigel South, "Heroin Now: Bringuing it all Back Home" Youth & Policy, Pt4, 1984).

INTRODUCCION

La historia de la humanidad es también la historia del uso de drogas, desde tiempos inmemoriales, el hombre ha utilizado todo tipo de hierbas, raíces, cortezas, hojas y plantas para usos rituales y ceremoniales, de carácter eminentemente mágico y religioso; así como para curar y aliviar los males y enfermedades que lo han aquejado.

Sin embargo, algunas de estas plantas o sus derivados, pueden alterar la conciencia y producir inicialmente efectos placenteros en el hombre, como son las sensaciones de euforia, bienestar, alegría, serenidad y energía; que, con su uso y abuso constante, conllevan problemas de dependencia y secuelas de degeneración física y psíquica.

De una forma u otra, todas las sociedades "han intentado regular, prohibir o establecer barreras morales alrededor del consumo, distribución y tenencia de esas sustancias alteradoras de la conciencia, porque siempre han existido y el ser humano, por múltiples razones ha recurrido a ellas" (1). Como bien lo afirma la Prof. Venezolana Rosa del Olmo, "lo que ha variado son los fines de su consumo, así como la forma de percibirlas y entregarlas en momentos históricos determinados

La problemática del tráfico ilícito de drogas, ha tenido un carácter transnacional desde el inicio de su historia, y su desarrollo ha estado, y está, condicionado por "una serie de factores, fuerzas y procesos de tipo económico, social, cultural-ideológicos, políticos y jurídicos, tanto nacionales como internacionales y por sus entrelazamientos e interacciones" (3).

Tal como lo planteó el Dr. Edgar Saavedra Rojas en el desarrollo de su ponencia: "Fármacos y Estupefacientes: Política y Moral", ante el Primer Seminario Hispano Colombiano de Derecho Penal "el análisis de esta cuestión no puede plantearse intemporalmente y de manera universal, porque en cada momento histórico y en cada porción geográfica del universo la problemática ha sido diversa, como variados han sido los factores influyentes que han determinado y determinan la toma de posiciones en contra o en pro de las políticas que el Estado ha adoptado para el manejo de las distintas situaciones" (4).
ASPECTOS HISTÓRICOS Y ECONOMICOS SOBRE EL TRAFICO DE DROGAS

Las Guerras del Opio

A finales del Siglo XVIII, Gran Bretaña produjo la Revolución Industrial antes que cualquier otro país en el mundo. Como resultado de este hecho, comenzó a exportar sus telas de algodón fabricadas a máquina a la India, con grave perjuicio para la industria manual del algodón del país asiático contra la cual competía. Por otra parte, el mayor producto importado a Inglaterra de los países asiáticos era el té de la China.

Dado que Gran Bretaña no tenía ningún producto para exportar a la China, la balanza comercial de Inglaterra fue siempre poco favorable.

A diferencia de la India, China no quería comprar algodón hecho a máquina de Gran Bretaña y así, Inglaterra se abocó a la búsqueda de algunos productos rentables que exportar a la China, decidiéndose por el opio.

En el año 1773, la companía británica "India Oriental" consiguió el monopolio de la distribución del opio en la India e instó a los pobladores que tenía bajo su control para que cultivaran la amapola del opio. De esta manera, Gran Bretaña impuso la siguiente relación comercial triangular:

a) Gran Bretaña exporta telas de algodón a la India,

b) India exporta opio a la China

c) China exporta té a Gran Bretaña.

Esa estructura comercial fue desarrollada y conservada a través del Siglo XIX, durante más de ciento cuarenta años hasta la prohibición del comercio del opio a principios del Siglo XX.

Ante el grave problema social ocasionado por la adicción al opio, en 1839 las autoridades de la China Imperial deciden terminar con la importación del opio hindú.

El Gobernador de Cantón se apodera de más de 20.000 cajas de opio, las hace arrojar al mar y rompe relaciones comerciales con los ingleses en el mes de marzo de 1839.

La Gran Bretaña, que buscaba la forma de imponer la legalización del consumo y el comercio del opio en China, respondió militarmente a este acto, y el enfrentamiento desembocó en la Primera Guerra del Opio (1839-1842).

Con la victoria inglesa, se obliga al Gobierno Chino a firmar el 29 de Agosto de 1842 el "Tratado de Nanking" cuyos resultados más importantes son:

1.- la apertura de importantes puertos chinos al comercio extranjero,

2.- la transferencia de Hong Kong a Gran Bretaña y

3.- la imposición de una indemnización por el opio confiscado.

En 1856, estalla la Segunda Guerra del Opio en la cual Inglaterra y Francia se imponen militarmente sobre China y la obligan a suscribir los "Tratados de Tienstin", en 1858.

Además de Inglaterra y Francia; Rusia y los Estados Unidos son parte de estos tratados también. A través de ellos, China es obligada a:

1.- la apertura de otros once puertos,

2.- permitir legaciones extranjeras en Pekín y actividades misioneras cristianas y

3.- legalizar la importación, comercialización y consumo del opio.

En 1859, la guerra se reanuda y concluye con las "Convenciones de Pekín" en 1860, mediante las que se impone a la China concesiones adicionales. Es precisamente en este año en que la coca es cristalizada por primera vez en Alemania.

Algunos Factores Económico-sociales relacionados con el tráfico de drogas.

En estudios arqueológicos realizados en la ciudad de Tiahaunaco, Bolivia, se ha comprobado la presencia de la hoja de coca en ese imperio que floreció cuatro siglos antes de Jesuscristo.

En Colombia, los “Anhuacos" que habitaban antes de los Chibchas, fueron quienes descubrieron la coca; en tanto que en el Perú su uso fue introducido por los Quechuas y, con los Incas, llegó a Chile y Argentina. Bien se puede afirmar que: "el cultivo de la coca no fue desconocido para casi ningún país de América, pues los investigadores señalan que su producción llegaba hasta Nicaragua y las islas del Caribe" (5).

Aún cuando se han encontrado plantas de coca en las Filipinas e Indonesia, se estima que ésta, no ha sido utilizada con fines mágicos y religiosos y tampoco se ha cultivado comercialmente en la región asiática y del Lejano Oriente.

En el siglo XVI, durante la conquista, los españoles transformaron el uso ritual de la hoja de coca dentro de la cultura andina. A pesar de la presión de los misioneros cristianos que asociaban las hojas de coca con el diablo y que en 1551 el Concilio Eclesiástico de Lima prohibió su uso; en 1567 por orden de Felipe II la hoja de coca se convirtió en el principal recurso económico de España para consolidar y ampliar su dominación.

Por razones eminentemente económicas, se autorizó en esa época el uso y difusión de la hoja de coca, llegando a convertirse en la segunda fuente de ingresos de la Corona.

Fue así como, después de introducirle un valor comercial de cambio; asociaron su producción a la explotación de la fuerza de trabajo en las minas, como una estrategia de control social para la acumulación de capital de la época (6)

Debemos de recordar en este punto, el importante papel que jugó la hoja de coca en la explotación de la plata del Cerro Rico de Potosí, Bolivia, en donde se utilizó como salario de la población indígena que trabajaba en condiciones infrahumanas en las minas.

A mediados del Siglo XIX, en el año 1860, Albert Nieman aísla en Austria el alcaloide de la cocaína, de la hoja de coca traída del Perú, y comienza a ser probado, especialmente en Alemania en maniobras de índole militar. Médicos y científicos europeos llevan a cabo toda clase de experimentos para determinar las posibles cualidades de la coca.

“Se convierte en la droga maravillosa, sin estigma moral ni regulación, porque se la consideraba como la cura a la dependencia de la morfina, la heroína y el alcohol, así como panacea de enfermedades desconocidas” (7).

Las compañías farmacéuticas experimentaron una fuerte demanda de cocaína, la que gozaba de una enorme popularidad entre los intelectuales europeos y estadounidenses y donde era consumida socialmente, mezclando el "extracto de hojas de coca" con vino, por médicos, escritores, artistas, reyes y príncipes, gobernantes y eclesiásticos; como el Presidente de los Estados Unidos Mc. Kinley, Tomás Alva Edison y el Papa León XIII.

Datos oficiales de la época señalan que sólo en el año de 1905 fueron importadas en puertos alemanes, cinco toneladas de hojas de coca. "La casa Merck de Alemania elaboraba tabletas, elixires, jarabes, etc., así como una competidora norteamericana, la Parke & Davis, que incluso lanzó al mercado cigarrillos de hoja de coca y en 1885 publica una monografía para médicos sobre sus virtudes" (8)

Concomitantemente, los trabajadores chinos trasladados a los Estados Unidos para la construcción del ferrocarril transcontinental, traen consigo el hábito de fumar opio a la costa occidental de ese país (9)

El hecho anteriormente descrito, tiene tres consecuencias fundamentales a saber:

1.- Durante el Siglo XIX el opio comienza a ser cultivado e importado en los Estados Unidos,

2.- A fines del Siglo XIX, grandes laboratorios europeos, especialmente alemanes, introducen en el mercado la morfina, la heroína y la cocaína; las han publicitado y difundido, provocando una demanda hasta entonces desconocida. Opio, cocaína, morfina y otros opiáceos son usados libremente en medicamentos y prescripciones médicas y en el tratamiento de soldados heridos, contribuyendo a la creación de adicciones, entre estos grupos antes señalados y el conformado por actores de teatro, pintores, músicos, intelectuales y poetas.

3.- En correspondencia con la expansión del consumo antes dicha, en la década de 1880, aparecen formas marginales de producción comercial de coca en Colombia, Perú y Bolivia en el marco de un tráfico dominado por empresas inglesas y holandesas.

A principios del Siglo XX, los Estados Unidos, tomó la iniciativa de organizar una reunión internacional con países que tenían intereses principalmente de orden económico en el Lejano Oriente; en Shangai, China, sobre el comercio del opio.

Los Estados Unidos, por la naturaleza del comercio de las drogas, querían lograr el control de los embarques internacionales del opio en bruto hacia los países que lo procesaban y de este modo controlar el mercado (10)

Se instauró un grupo de trabajo que fue mejor conocido como la Comisión del Opio. Las primeras reuniones sé realizaron en Shangai, China en 1909.

El trabajo de esta Comisión, culminó en 1912 con la firma del primer tratado de fiscalización de drogas: el “Tratado Internacional del Opio”, en La Haya, Países Bajos.

Este Tratado que se encuentra suscrito por trece países, entre los que se encuentran los Estados Unidos, Gran Bretaña, China, Alemania y Japón; entró en vigor el 11 de febrero de 1915 y constituye el primer instrumento obligatorio de derecho internacional aplicable al envío de estupefacientes. Su objeto principal era controlar el transporte de drogas consideradas necesarias para usos médicos. En este instrumento internacional, se somete la cocaína por vez primera, al control y fiscalización.

Los países participantes, protegieron a través de este Tratado sus intereses económicos, a saber:

Portugal, defendía su industria del opio en Macao; Holanda obtenía cuantiosas ganancias del tráfico del opio en la Indias Orientales y Alemania quería proteger su gigantesca industria química, lo mismo que los Estados Unidos que defendían los intereses de su creciente industria farmacéutica (11).

El uso del opio en Inglaterra llegó a su máximo punto durante la Primera Guerra Mundial. En este período, miles y miles de soldados de los ejércitos aliados, reciben tratamientos a base de morfina.

Explica el investigador Marcos Kaplan como "a raíz de la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial, el gobierno norteamericano, por motivos más políticos y económicos que morales e higiénicos, hace introducir en los Tratados de Versalles de 1919 una cláusula por la cual los laboratorios alemanes deben renunciar a la libre venta al público de drogas psicotrópicas” (16).

A partir de la década de 1920, la ilegalidad de las drogas psicotrópicas genera en los países asiáticos y americanos productores de la materia prima para la heroína, la morfina y la cocaína, un creciente tráfico clandestino.

Abandonado por los países industrializados el mercado de las drogas; los consumidores en número cada vez más grande, con necesidades de demanda, pero privados de oferta; comienzan a ser suplidos por los países y grupos suministradores de la materia prima: es decir, por los países pobres de Asia; Sicilia y Marsella; inmigrantes italianos en los Estados Unidos; las mafias siciliana y norteamericana; la "french connection" y más tarde por los países sudamericanos proovedores de la coca.

Durante el transcurso de la primera Asamblea de la Liga de las Naciones, en 1925, se suscribe la Segunda Convención Internacional del Opio, mediante la que se instituyó la “Comisión Central Permanente Sobre el Opio”:, formada por expertos independientes. La función principal de esta Comisión era supervisar el sistema estadístico de fiscalización introducido por la Convención mediante el establecimiento de un sistema de certificados de importación y permisos de exportación para el comercio internacional lícito de estupefacientes.

En 1930 se produce un descenso en el consumo de cocaína ante el aumento del uso de anfetaminas sintéticas como estimulantes más baratos y disponibles que la cocaína.

Las Convenciones de 1931 y 1936 tuvieron por objeto, la primera, limitar la fabricación mundial y regular la distribución de estupefacientes a las cantidades necesarias para fines médicos y científicos a través de la introducción de un sistema obligatorio de previsiones. Esta Convención estableció; asimismo, un Organo de Fiscalización de Estupefacientes para vigilar el funcionamiento del sistema. La segunda; introduce por primera vez la petición de imponer severas penas para los traficantes de drogas ilícitas.

Aspectos de la economía interna de los Estados Unidos que influyeron en la formalización de leyes reguladoras del tráfico de drogas:

Surgen, dentro de los Estados Unidos, conflictos de carácter económico y social que fueron transformados en conflictos raciales; y éstos, a su vez, se expresaron en conflictos sobre el consumo de determinadas drogas, para que se propugnara su regulación.

Es así como encontramos que la motivación ideológica para sancionar la primera ley federal contra la marihuana, la MARIHUANA TAX ACT de 1937, fue su asociación con los inmigrantes mexicanos; que se habían convertido en amenazante mano de obra que podía desplazar a los trabajadores blancos en la época de la depresión, cuando empezaron a avanzar hacia las grandes ciudades industriales del país desde sus originarias posiciones de trabajadores de frontera (13)

Hechos similares ocurrieron antes tanto con la migración china en California, a la cual se la vinculó con fumar opio cuando ya estaba construido el ferrocarril y no era una mano de obra necesaria; como con el caso de los recolectores de algodón negros en el Sur, a quienes se les vinculó con la cocaína, la criminalidad y la violación de mujeres blancas, cuando en realidad lo que se temía era su creciente emancipación (14)

Curiosamente, el miedo al negro sometido a los efectos de la cocaína, como lo expresa el psiquiatra norteamericano David F. Musto, citado por Rosa del Olmo en su artículo sobre "El nuevo orden económico de la droga"; coincidió con el momento culminante de los linchamientos, la segregación racial legalizada y las leyes sobre votaciones pensadas para quitar al negro poder político e influencia social (15)

“Es interesante destacar que los tres grupos señalados, en sus respectivos momentos y ubicación, estaban dispuestos a trabajar por menores salarios que los blancos. Asociarlos con el consumo de drogas, en torno al cual se había creado una imagen amenazante, sobre todo en términos morales, facilitó no solo su prohibición, sino fundamentalmente la exclusión de los consumidores del ámbito económico” (16)

De ahí que no es aventurado afirmar que el problema de las drogas es más bien un campo de batalla de conflictos económico-sociales e ideológicos que parece funcionar para proteger monopolios nacionales y/o internacionales (17)

Es importante anotar en este punto que, como consecuencia del volumen económico que se mueve alrededor del tráfico ilícito de drogas, éste puede llegar a modificar las estructuras normales de una economía de mercado, ya creando inflación o bien devaluación; y, es obvio, por idénticas razones, que, quienes están vinculados a sus procesos de producción y distribución adquieren una inmensa capacidad de corrupción (18)

Por otra parte, después del tráfico de armas, estamos hablando del negocio económico más lucrativo y cuantioso que pueda concebirse en este siglo. Constituye la única empresa transnacional de gran pujanza y envergadura de los países subdesarrollados. Tan grandes son los rendimientos económicos y políticos del comercio internacional de drogas en el mundo capitalista, que sus beneficiarios, no sólo no están interesados en que tan descomunal mercado clandestino no desaparezca, sino que tienen interés en que la demanda aumente, y se mantenga clandestina e ilegal.

Evolución en el tiempo de la postguerra

Durante la SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, en los años 40's, recrudece el abuso de drogas estimulantes. La distribución de anfetaminas sintéticas a las tropas aliadas se torna común. Al mismo tiempo, las autoridades militares del Japón distribuyeron estimulantes tales como las anfetaminas y las metanfetaminas entre los miembros de su ejército, especialmente entre los pilotos de avión involucrados en batallas nocturnas; contribuyendo con ello a la creación de adicciones.

A mediados del Siglo XX, se crea la Organización de las Naciones Unidas. Uno de los primeros actos del recién creado órgano mundial, es la suscripción del Protocolo de 1946 mediante el cual se transfirió legalmente a las Naciones Unidas las funciones de fiscalización de estupefacientes anteriormente ejercidas por la Sociedad o Liga de las Naciones; asumiendo así la Organización la responsabilidad de los esfuerzos internacionales de fiscalización de drogas iniciadas por la Liga de las Naciones.

Las funciones del Comité Consultivo de la Sociedad fueron transferidas a la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas establecida en 1946 como una Comisión Orgánica del Consejo Económico y Social.

Después de la Segunda Guerra Mundial y Guerra Civil Española el uso indebido de la cocaína se expandió rápidamente. Se sintetizaron concomitantemente, muchos otros compuestos cuyos efectos producían dependencia. Fue así como en el Protocolo de 1948 se sometió a la fiscalización internacional toda una nueva esfera de sustancias creadas por el hombre, que se encontraban fuera del ámbito de la Convención de 1931.

Para el año de 1953, la comunidad internacional, respondiendo a la necesidad de una mayor regulación de la adormidera, suscribe “Protocolo sobre el Opio” mediante el que se trata de limitar el uso y el comercio del opio a las necesidades médicas y científicas y se controla la cantidad de opio que pueden almacenar los Estados.

Es importante anotar que es precisamente mediante el Protocolo de 1953 que se dota a la Comisión Central Permanente, actualmente conocida como "Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes", JIFE, de facultades de supervisión y represión específicas, como es la de imponer en algunos casos, embargo a la importación o exportación de opio.

Durante la década de los años 60, cuando Malasia, Singapur y Tailandia, se convirtieron en los centros de descanso para las fuerzas armadas de los Estados Unidos en Vietnam, resurgió el vicio de la cannabis en amplia escala, seguido unos años después por el abuso de la heroína.

Después de la Guerra de Vietnam, los sindicatos de las drogas, trataron de encontrar otras salidas para éstas en el sudeste de Asia, los Estados Unidos y Europa.

En el año de 1961, la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprueba uno de los tres tratados internacionales más importantes que en la actualidad regulan las actividades conexas con el tráfico de drogas: la Convención Unica de 1961 sobre estupefacientes, que fue posteriormente enmendada mediante el Protocolo de 1972.

Los tres objetivos principales de la Convención Unica de 1961 sobre Estupefacientes son:

a) la codificación en un sólo instrumento de todas las normas de la mayoría de los anteriores tratados multilaterales existentes en la materia;

b) la simplificación y modernización de los mecanismos de fiscalización. La Comisión Central Permanente y el Organo de Fiscalización se transforman en un solo órgano unificado: la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes JIFE, y

c) la extensión de los sistemas de fiscalización existentes al cultivo de plantas que constituyen la materia prima de los estupefacientes naturales.

Evolución del cultivo de Marihuana y la Hoja de Coca en los países latinoamericanos a partir de la década de los 60's y sus relaciones con la narcoguerrilla emergente.

Aún cuando en los países sudamericanos, los primeros cultivos artesanales de marihuana debidamente comprobados aparecen en 1925, es precisamente en los años 60 en que se comienza a incrementar su producción. Se producen entonces, las primeras extensiones considerables de tierra cultivadas de marihuana con todas las técnicas modernas de producción que ofrece la agricultura.

El mercado narcoconsumidor se amplía entonces, rápidamente, en los Estados Unidos, especialmente, a través del regreso de los veteranos de la Guerra de Vietnam.  El consumo de marihuana, anfetaminas y ácido lisérgico se torna común no sólo entre los veteranos de guerra, sino también entre los movimientos juveniles, pacifistas y de protesta contra el sistema político, la sociedad de consumo y la guerra  . Ante esta nueva y creciente demanda de los consumidores de los países industrializados, especialmente, como se dijo supra, de los Estados Unidos, aumenta la oferta.

En el año 1962, surgen en nuestro continente americano, las primeras vinculaciones entre los grupos narcotraficantes y la guerrilla.

Se formula la "ESTRATEGIA SOVIETICA" en materia de estupefacientes. Se le confía a Cuba un papel de primer orden en el manejo de la droga. Funcionarios de la Embajada Cubana en Colombia, participan en la elaboración de rutas para el transporte de droga y armas, utilizando la Isla, como punto de abastecimiento de víveres y combustible.

Dos objetivos principales pretende la ESTRATEGIA SOVIETICA, a saber:

a) el narcotráfico producirá divisas extranjeras que servirán para financiar operaciones clandestinas y

b) Se atacará la salud y la moral del pueblo Norteamericano.

Cinco factores condicionantes se producen en el continente, que hacen que Colombia comience a emerger como la principal fuente traficante y beneficiaria del comercio de la droga en América Latina:

1.- El contrabando y la violencia desencadenada en Colombia por el mercado ilegal de esmeraldas (Boyacá) que hunde su tradición en la violencia partidista de los años 50-, que aunada a la agresividad empresarial de los colombianos; proporciona la experiencia, la estructura, las rutas y los contactos para la exportación clandestina en gran escala y estimula en muchos, sobre todo de la Costa Norte (Guajira y Atlántico); Antioquía (Medellín) y Valle del Cauca (Cali); el ansia de enriquecimiento rápido y fácil, con sus correspondientes secuelas de mentalidad de despilfarro y efectos de gran inflación en los precios

2.- la gran presión que el Gobierno de los Estados Unidos ejerció a partir del año 1960 contra la heroína;

3.- el inicio de una fuerte represión contra el tráfico de Drogas hacia los Estados Unidos, que ese país impulsó, como consecuencia de la floreciente producción de México, Belice y Jamaica a mediados de los años 60s. Cuando la represión y la fumigación de los cultivos de "la hierba" se produce en los tres países antes mencionados; la siembra de la misma, se traslada a Colombia. Se calcula que para ese tiempo, el mercado de marihuana ascendía a 360 millones de dólares anuales;

4.- los controles de orden interno y legislación aprobada en los Estados Unidos a comienzos de los años 70, que redujeron en un 90% la producción ilegítima de anfetaminas, y

5.- la construcción de la autopista del Valle del Alto Huallagas en la selva peruana, financiada por el Banco Mundial, que abrió las rutas del transporte para el envió de la coca. (21)

El desplazamiento de la siembra de la marihuana hacia Colombia por las causas arriba anotadas, hace que ya para los años 70's, la producción colombiana cubra del 60 al 70% del consumo de los Estados Unidos.

La creciente preocupación por los nocivos efectos de los psicotrópicos (estimulantes, como las anfetaminas; alucinógenos, como el LSD y la mescalina; sustancias hipnótico-sedantes como los barbitúricos, etc), sometió a estas sustancias, con los auspicios de las Naciones Unidas, a la fiscalización del Derecho Internacional mediante la suscripción, en febrero de 1971, del Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas. Dada la gran diversidad de sustancias sujetas a fiscalización, éstas se agruparon en cuatro listas diferentes, según las diferencias entre una y otra de los riesgos derivados de su uso indebido, de sus propiedades toxicomanígenas y de la variabilidad de sus valores terapéuticos.

A través de este Convenio, se asigna, tanto a la Comisión de Estupefacientes como a la JIFE, la responsabilidad adicional de la fiscalización de las drogas que abarca el mismo.

La Asamblea General de las Naciones Unidas en esta época, decide modificar la Convención Unica sobre Estupefacientes de 1961 y así promulga el Protocolo de 1972, mediante el que se pone de relieve la necesidad de facilitar servicios de tratamiento y rehabilitación para los adictos buscando su reintegración social. Destaca la necesidad de una acción internacional coordinada y hace hincapié en la función de la JIFE, confiriéndole la responsabilidad de establecer un equilibrio entre la oferta y la demanda de estupefacientes para fines médicos y científicos y de tratar de impedir el cultivo, la producción, la fabricación, el tráfico y el uso de drogas ilícitas.

El Protocolo enfatiza asimismo, la necesidad de facilitar los servicios de tratamiento y rehabilitación a quienes hacen uso indebido de los estupefacientes, recalcando que el tratamiento, la educación, el postramiento, la rehabilitación y la reintegración social deben considerarse como posibilidades alternativas o añadidas a las medidas de encarcelamiento para quienes han cometido un delito relacionado con las drogas.

Ya en la década de los 70's, se comienza a dar en la costa atlántica de Colombia la llamada "bonanza marimbera", es decir, la prosperidad de los grupos dedicados a la venta de marihuana.

El tráfico de la marihuana da lugar a dos formas iniciales de vinculación:

1.- Con el sembrador. Este recibe una utilidad anticipada, pagada en el momento de recibir la semilla, sin necesidad de crédito bancario, ni fianzas ni engorros y,

2.- Con el marimbero; que asume las tareas de transporte, venta y entrega de marihuana en los Estados Unidos.

Opera así una redistribución de ingresos hacia abajo que genera un nuevo estrato social gradualmente capaz de comprar cosechas y aviones propios.

Se estima que en esos años, cerca de 30.000 a 50.000 pequeños campesinos de la costa atlántica, dependían directamente del cultivo de la marihuana para su propia subsistencia y que otras 50.000 personas, trabajan en actividades conexas, tales como recolectores estacionales, transportistas, guardias, banqueros, congresistas, etc.

Es así como, durante la presidencia del Alfonso López Michelsen (1974-1978), se crea en el Banco de la República, en Colombia, la llamada "ventanilla siniestra", por la que ingresaron millones de dólares de la bonanza marimbera, confundidos con los provenientes de la bonanza cafetera.

Sin embargo, “la introducción masiva del cultivo de la marihuana en once estados de la Unión Americana, mayoritariamente en California habiéndose mejorado extraordinariamente la calidad del producto por medio de la consecución de híbridos, como la denominada “sin semilla”- dejan de lado la importación masiva de la hierba puesto que se presenta casi el autoabastecimiento, y desaparece para México, Jamaica, y especialmente para Colombia, lo que fue llamado la 'bonanza marimbera' "

Contrabandistas y narcotraficantes norteamericanos, comienzan entonces a urgir a sus colegas colombianos para que extiendan sus actividades a la cocaína, cuyo comercio es mucho más rentable y con más facilidades en cuanto a su transporte.

El precio de un kilogramo de cocaína era 100 veces superior al de la marihuana, en tanto que los volúmenes a transportar, disminuyen en la misma proporción.

En la década de 1980, la cocaína eclipsa totalmente el mercado de la droga.

Aparecen entonces, los grandes cultivos de hoja de coca. Se “emplea menos personal; requiere más capital, técnicas industriales y productos químicos importados. Proporciona mayores beneficios, los concentra en menos manos y los maneja con técnicas financieras más refinadas y complejas. Asimismo, requiere y genera organizaciones más verticalmente integradas, más jerarquizadas y más violentas” (23)

Colombia comienza a emerger, concomitantemente, como la principal fuente de comercialización y procesamiento de la cocaína, así como la principal beneficiaria de su comercio en América Latina.

El lavado de dólares hace su aparición, a través de las exportaciones ficticias, la sobrefacturación de exportaciones y la subfacturación de importaciones, así como a través de la exportación de servicios.

Tiene lugar una bonanza de los bancos colombianos en Panamá y de muchas otras actividades financieras, con la complicidad de bancos norteamericanos, especialmente en Miami, Londres, Suiza, y Bahamas.

Las inversiones tecnológicas sobre los cultivos ilícitos, elevan los ingresos y el nivel de vida de un elevado número de campesinos y habitantes de las zonas periféricas urbanas, -cifra que oscila entre 350.000 y 1.000.000 según los países productores que se examinen,- constituyéndose en consecuencia, en una importante solución al problema de la pobreza crítica que pesa sobre estas mismas regiones. Según un estudio elaborado en 1989 por Nicolas H. Hardinghaus, en toda "América Latina, entre 2.5 y 2.7 millones de personas encontrarían empleo en actividades vinculadas con la producción y comercialización de drogas ilegales (24)

Las ganancias astronómicas del tráfico hacen que un campesino pueda obtener más por una hectárea de coca en un año, que de otro modo en toda su vida.

En el circuito coca-cocaína en los países productores, no sólo están los cultivadores, sino que se movilizan en torno a la producción y comercialización de la hoja de coca, grandes porcentajes de su población activa. Las cifras oscilan de un 6% a 8%.

Marcos Kaplan, en su libro: "Aspectos Sociopolíticos del Narcotráfico" afirma que las fabulosas ganancias del comercio de las drogas, otorgan a los narcotraficantes poder para comprar no sólo los servicios del personal directamente involucrado en las diversas fases del proceso, sino también de funcionarios policiales, aduaneros, judiciales, gubernamentales y de una "red de amigos y cooperadores" locales e internacionales de todo tipo, encargados de guardar las espaldas y modificar la opinión pública conforme a sus intereses. (25)

A ello deben agregarse especialmente en el territorio colombiano: las amenazas constantes y los asesinatos de jueces independientes y policías; la creación y proyección por parte de los grandes "barones de la droga", de una imagen de benefactor, a través de actividades cívicas y donaciones piadosas; la extensa nómina de personal criollo y foráneo y las contribuciones generosas a las campañas políticas, con no pocos contactos oficiales.

Sumado a lo anterior, los narcotraficantes despliegan sus capacidades de adaptabilidad, resistencia y redespligue, en diferentes niveles y aspectos. Diversifican y fortalecen sus relaciones y bases internacionales; acuden al auto exilio; proliferan las rutas, medios de transporte, formas y medios diversos de exportación de la drogas especialmente hacia los Estados Unidos y Europa; así como los contactos con gobiernos y gobernantes corruptibles, hasta entonces no tocados (26)

El carácter ilegal que rodea toda la problemática de la coca-cocaína, determina que en su organización prolifere una amplia estructura de pistoleros: la escuela de sicarios o asesinos; encargados de la protección de los capos, de los insumos, productos y laboratorios, así como de resolver por la vía violenta, las disputas entre organizaciones. Se producen, asimismo, acuerdos cooperativos con numerosos subcontratistas en la gran constelación de corrupción, intimidación y destrucción.

Sus nóminas mensuales incluyen una larga lista de empleados de toda clase y toda índole. Va desde los campesinos como simples productores agragrios, pasando por los transportistas, conductores de automóviles, camiones, pilotos de barcos y lanchas; traqueteros que representan en el extranjero sus intereses y realizan los trámites de exportación; mulas; miembros de las fuerzas de seguridad tanto estatales como personales; abogados para impedir sus encarcelamientos y para los trámites legales de sus inversiones; contadores para controlar y registrar sus ingresos; consejeros financieros; intelectuales, periodistas y escritores y profesionales en ciencias sociales en general que coadyuvan para la defensa, apología y legitimación del narcotráfico y de sus jefes; y toda clase de políticos, gobernantes, administradores, legisladores, jueces, personal aduanero y fiscales, policías y militares involucrados por sus funciones en acciones y decisiones que tienen o pueden tener relación con el narcotráfico y afectarlo positiva o negativamente (27)

El narcotráfico se convierte así en la industria de más rápido y sostenido crecimiento en el mundo. Constituye tristemente, la única empresa transnacional latinoamericana de gran pujanza y envergadura con éxito económico, socio-cultural y político (28) Se ha estimado que sus operaciones mundiales movilizan alrededor de 500 mil millones de dólares anuales, de los cuales, el 98% se queda en manos de los traficantes de los países industrializados y únicamente de un 2% a un 4% retorna a los países en vías de desarrollo.

El impacto que lo anterior conlleva, lo vemos reflejado en las cifras porcentuales sobre el Producto Nacional Bruto de Boliva, Perú, Colombia y Estados Unidos, que según cálculos recientes aporta aproximadamente el 75% del PNB en Bolivia; el 21% en el Perú; el 23% en Colombia y el 5.3% en los Estados Unidos (29)

Es así como sus enormes ganancias, inversiones y reinversiones, se convierten en la base y el eje de una concentración y centralización del poder económico que a su vez permite la expansión y la racionalización de sus organizaciones y operaciones; el logro de una creciente capacidad de influencia y control respecto a la economía nacional y el incremento de su naturaleza y capacidad transnaciona les.

Su enorme margen de maniobra económica, social y política para presionar, influir, controlar e imponer decisiones, tiene como consecuencia inevitable una transmutación del poder económico y financiero en poder social, cultural-ideológico, político, militar y represivo (30).

El poder a que hacemos referencia asimismo se ejemplifica en el hecho que, en varias oportunidades, los "barones de la droga" colombianos y bolivianos, han ofrecido a sus Gobiernos hacerse cargo del pago de la deuda externa de sus respectivos países a cambio de su impunidad.

Según evaluaciones del UNFDAC, el mercado estadounidense de marihuana y cocaína para esos años fue de US$ 118.000 millones de dólares, 42.000 millones más que la suma de la deuda externa de Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia.

Convertidos en inversionistas, los narcotraficantes orientan sus vastos recursos hacia actividades legales, que les permiten aumentar la enorme rentabilidad de sus inversiones así como su capacidad de acumulación.

Las tareas de producción, industrialización y comercialización de la cocaína comienzan a ser dividas. Así, los carteles colombianos, especialmente los de Medellín y Cali, inician sus actividades de compra de la materia prima en los vecinos países productores de Perú y Bolivia, para luego industrializarla a través de sus modernos laboratorios y comercializarla en los países consumidores, especialmente los Estados Unidos.

Luego del asesinato en Colombia del Ministro de justicia de ese país, Dr. Rodrigo Lara Bonilla, el 30 de abril de 1984, los precios por kilo de cocaína, se elevaron considerablemente. Los “barones de la droga”, repartieron entre los colonos toneladas de semillas de coca y la actividad, -que había entrado en un período de depresión por exceso de producción,- volvió centuplicada y afanosa.

Se destacó en consecuencia una represión firme y sostenida contra el narcotráfico, motivando que la instalación de fábricas de cocaína se dispersara a otras naciones de América Latina, entre ellas, Brasil, Ecuador, Argentina y Bolivia, donde los principales centros se ubicaron en Santa Cruz, Beni y Pando (31)

La alianza narcoguerrillera

La alianza narco-guerrillera que tuviera su inicio con la “estrategia soviética” arriba comentada; perdura en Colombia hasta mediados de la década de los 80s. El Dr. Juan Carlos Fernández Carrasquilla en su artículo “Hacia una Alternativa para la Política de las Drogas en América Latina”, afirma que en la alianza narcoguerrillera, se formaron vínculos superficiales y tensos cuyas relaciones, de por sí complejas, eran contradictorias y ambivalentes. Ambos grupos, no sólo poseen intereses diferentes, sino que los capos del narcotráfico tampoco se sienten contentos pagando tributos a los guerrilleros ya que esto incrementa sus costos de producción (32)

Por su parte los guerrilleros tampoco ven con buenos ojos por cuanto el dinero fácil que los campesinos reciben por la producción de la droga los hace perder sus ideales de lucha revolucionaria, y los torna olgazanes.

Situación que se complica aún más, cuando en 1981 el grupo guerrillero M-19 de Abril decide secuestar a un miembro de la familia Ochoa del Cartel de Medellín y pide un millón de dólares de rescate. Esta acción tiene como consecuencia la fundación de una organización de “justicia privada” de los grupos narcotraficantes colombianos, mejor conocida como MAS, es decir: Muerte a los Secuestradores.. Su objetivo inmediato es la defensa de los intereses económicos y sociales de los narcotraficantes y grupos conexos a través de un aparato de acción. (33)

La primera operación de MAS es la liberación de Marta Nieves Ochoa Vásquez, después de la cual los narcotraficantes y los guerrilleros llegan a un acuerdo mutuo de no agresión.

Al inicio de la década de los 90's, bien se puede afirmar que la alianza narcoguerrillera en Colombia ha sido disuelta. En ese sentido, Arango Jaramillo en "Impacto Económico del Narcotráfico en Antioquia", citado por el Dr. Fernández Carrasquilla; comenta que de acuerdo con las informaciones que se tienen, "algunos movimientos guerrilleros asumieron directamente todo el negocio de producción y procesamiento en las regiones en que la alianza existía y los 'capos' prefirieron reforzar sus propios laboratorios con pasta importada” 34. Comenta asimismo que los carteles se aprestaron a defender el dominio de sus tierras frente a las intromisiones e invasiones de los movimientos guerrilleros y por esta razón, se aliaron con movimientos paramilitares contraguerrilleros y en la actualidad, toman parte de la "guerra sucia" colombiana desde la ultraderecha (33)

No se pueden generalizar las mismas afirmaciones respecto a las vinculaciones de la guerrilla y el narcotráfico en otros países ya que las experiencias han sido diferentes.

Recordemos el caso de los guerrilleros sandinistas y los “contras” en Nicaragua, donde permanentemente a través de la prensa internacional y local se registraron acusaciones de que unos y otros se encontraban vinculados con el narcotráfico, con el objetivo de proveerse de armas.

Estas denuncias llegaron al ámbito internacional cuando se investigó por parte del Senado en los Estados Unidos de América y el famoso caso de los “Irán-Contras”; así como en diversos procesos judiciales, específicamente en las Cortes de la Florida; que investigaron el atentado contra Edén Pastora; en el que murieron varios periodistas norteamericanos; perpetrado en la zona limítrofe entre Costa Rica y Nicaragua.

Caso semejante es el del Salvador, donde a través de los largos años de acción armada en ese territorio centroamericano, se afirmó que los diversos grupos guerrilleros, -especialmente el Frente Farabundo Martí- financiaron sus operaciones subversivas a través de su participación y relación con el narcotráfico.

Aún cuando, tanto en Nicaragua como en El Salvador, en la actualidad, se han firmado acuerdos de paz entre los grupos en conflicto, estos son muy endebles. En Guatemala, la situación no ha mejorado. La guerrilla y el Gobierno continuán en constantes enfrentamientos, y la alianza narco-guerrillera permanece; con un agravante adicional para este país; las primeras siembras en escala de adormidera, han aparecido.

En Bolivia se produce una interesante relación en los años 70 y principios de los 80's, entre grupos terrorristas; fascistas; neonazis; militares y paramilitares; que entremezclaban el terrorismo con el tráfico de cocaína y la represión política.  Claro ejemplo de lo anterior lo encontramos en las actividades desarrolladas en este país por figuras europeas como el nazi Kalus Barbie, mejor conocido en Bolivia como Klaus Altamann y el narcoterrorista italiano, Pier Luigi Pagliai.

Cuando las primeras acciones de "Sendero Luminoso" estallaron en Perú, en 1980, nadie las tomó muy en serio. Los voceros gubernamentales solían minimizarlas, argumentando que se trataba de las extravagantes brutalidades de un grupo de fanáticos, sin el menor futuro, a las que pondrían fin, en un dos por tres.

En un inicio, Sendero Luminoso ayudaba a la población campesina a defenderse por igual de las extorsiones de los compradores colombianos, como de las fuerzas policiales que los presionaban para erradicar las plantaciones de hoja de coca en la zona del Valle del Alto Huallagas. Con el paso del tiempo, la guerrilla maoísta, fue tomando para sí cada vez más, el control del narcotráfico en la zona citada, donde logran exigir precios muy altos por su materia prima.

Doce años después, el número de víctimas fatales a consecuencia de la subversión debe rondar los treinta mil y los daños materiales ascienden cuando menos a veinte mil millones de dólares, una suma próxima a la deuda externa del Perú.

El Gobierno de Alberto Fujimori, sin duda alguna, en el pasado reciente, ha asestado un duro golpe a Sendero Luminoso con la captura de Abimael Guzmán y otros altos miembros de la dirigencia de esté grupo terrorista. Sin embargo, se puede afirmar, que esto no es suficiente; Perú tendrá que seguir por mucho tiempo aún, luchando contra este flagelo, para desestructurarlo y romper sus vínculos con el narcotráfico. El grupo es grande y bien conformado, por lo que ya han comenzado a aparecer líderes sencudarios que se están haciendo cargo de las actividades subversivas.

Reacción de la comunidad internacional.

En 1987, el Secretario General de las Naciones Unidas, reconociendo las dimensiones internacionales cada vez más alarmantes del tráfico de drogas ilícitas, convocó a la Conferencia Internacional sobre el Uso Indebido y Tráfico de Drogas que fue la primera conferencia de las Naciones Unidas a nivel ministerial que abordó las cuestiones del uso indebido y el tráfico de drogas ilícitas. Su principal resultado fue la aprobación del “Plan Amplio y Multidisciplinario de Actividades futuras atinentes a los problemas del uso indebido y el tráfico ilícito de drogas.”

El plan Amplio y Multidisciplinario trascendiende las tradicionales preocupaciones de la comunidad internacional relacionadas con el control de la oferta de estupefacientes y psicotrópicos y su tráfico ilícito; da un decisivo y fundamental paso hacia adelante, al balancear la forma en que esta problemática debe ser soportada. Hace evidente que para poder enfrentar efectivamente esta plaga que está afectando a la humanidad, debe, necesariamente, otorgársele la misma importancia a las políticas y actividades relativas al tratamiento y rehabilitación de adictos que a las políticas y actividades relativas a la reducción de la oferta y el control del tráfico ilícito.

En tanto, los efectos de la narcoeconomía en los países productores, se tornan cada vez más visibles. Datos oficiales del Gobierno boliviano, establecen que en el período que va de 1980 a 1986, la economía decreció en un 2.36% en el PIB, en tanto que la economía de la coca y sus derivados creció en un 35% en el mismo período. Solo en el año de 1985, según el economista Samuel Doria Medina, actual Ministro de Planeamiento de Bolivia, el movimiento económico de la coca-cocaína osciló en los 5.000 millones de dólares.

Por su parte, en 1988, el Instituto de Estudios Sociales y Económicos, IESE, de la Universidad de San Simón de Cochabanba, sostuvo que: más de 703.000 personas de Bolivia estaban vinculadas directa o indirectamente a la producción de cocaína (36); y que de éstas, -en este país de 6 y 1/2 millones de habitantes,- 415.000 estaban vinculadas a la producción, compra y transporte de cocaína hasta los centros de fabricación.

A pesar de los concertados esfuerzos internacionales para enfrentar esta problemática; en su edición del 20 de junio de 1988, la revista FORTUNE editada en los Estados Unidos publicó unas declaraciones del entonces Secretario Asistente del Departamento del Tesoro, Sr. Francis A Keating, en las que este funcionario señalaba con alarma que el dinero de las drogas, (que estimaba entre US $80 a US $120 millones) podía poner en peligro la integridad de las instituciones financieras norteamericanas.

Sin embargo, una de las cosas que más preocupaba en ese momento al Sr. Keating, era que de ese dinero, US $20 mil millones eran transferidos al extranjero para el pago de gastos.

En el transcurso de ese mismo año de 1988, los Estados Unidos emprenden una agresiva campaña internacional de represión contra el tráfico ilícito de drogas.  Promueven la adopción en los países latinoamericanos de nuevas legislaciones especializadas sobre la materia, en las que se impone severas penas a quienes participen en actividades relacionadas con el narcotráfico.

Por primera vez, se promueve asimismo, la tipificación de las conductas relacionadas con el lavado de dólares producto de actividades relacionadas con el tráfico ilícito de drogas; la adopción de tratados de extradición que contemplen la figura típica antes dichas; la sanción al desvío de precursores químicos para ser utilizados en la fabricación de drogas; la asistencia judicial mutua; la cooperación policial y la entrega vigilada, como medios para tornar más eficaz y efectiva la represión contra el narcotráfico.

Ante la necesidad evidente sentida por la comunidad internacional, de intensificar la cooperación entre naciones en esta materia, se promueve, en el seno de las Naciones Unidas, la convocatoria de una Conferencia de Plenipotenciarios que culminó en el mes de diciembre de 1988, con la aprobación de la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas.

Las medidas más significativas e innovadoras de este nuevo instrumento internacional aprobado en Viena son:

a) la identificación, el embargo preventivo y el decomiso de las utilidades y de los bienes obtenidos mediante el tráfico de drogas;

b) la imposibilidad de invocar el secreto bancario en las investigaciones judiciales relativas al blanqueo de dinero o legitimación de capitales;

c) el establecimiento del carácter penal de todas las conductas relacionadas con el tráfico de drogas;

d) la prohibición de cualquier clase de protección o beneficios para los traficantes, y

e) el compromiso de las partes de eliminar o reducir la demanda ilícita de estupefacientes y psicotrópicos. Asimismo toca temas tales como la extradición, la asistencia jurídica mutua entre los Estados en las investigaciones relacionadas con drogas, y la revisión de las actuaciones penales con fines de procesamiento (37)

El 15 de Diciembre de 1989, la Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante la Resolución N° 44/141, pidió al Secretario General que se tomaran las medidas pertinentes a fin de aumentar la eficacia de la estructura de las Naciones Unidas en cuanto a la fiscalización del uso indebido de drogas. La Asamblea tomó su decisión, reconociendo que las nuevas dimensiones cobradas por la amenaza de las drogas exigirían un enfoque más global de la lucha internacional y una estructura más coordinada para contrarrestar esa amenaza.

Todo el año de 1990 es de suma importancia para el Sistema de las Naciones Unidas por las actividades de gran envergadura que se desarrollan en lo relacionado con la materia que interesa. Estas comienzan el 23 de febrero de 1990, en la Ciudad de New York, con la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su Décimo Séptimo Período Extraordinario de Sesiones, sobre: "la Cuestión de la Cooperación Internacional Contra la Producción, la Oferta, la Demanda, el Tráfico y la Distribución Ilícitos de Estupefacientes"; en que se aprobó, mediante la Resolución S-17/2 el "Programa Mundial de Acción" (38)

A través de esta resolución se establece que las Naciones Unidas deben constituir el principal centro de coordinación de la acción concertada internacional contra el uso indebido, la producción y el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, y deben desempeñar un papel más importante en esa esfera.

Para lograr este objetivo, el párrafo 93 del Programa señala que se requiere fortalecer los órganos de las Naciones Unidas encargados de la fiscalización de drogas y sus secretarías, a fin de establecer una estructura más importante, fuerte y eficiente.

Surge asimismo en esta época, el clamor generalizado de los países latinoamericanos, especialmente los andinos, respecto a la obligación de los países industrializados de reducir la demanda y el consumo de drogas en sus territorios, así como, que estamos enfrentados a una lucha que es conjunta y de responsabilidades compartidas.

Atendiendo lo anterior, el Gobierno de Gran Bretaña, con la colaboración de las Naciones Unidas, convocó a la Conferencia cumbre Ministerial Mundial para reducir la demanda de drogas y combatir la amenaza de la cocaína celebrada en Londres del 9 al 11 de abril de 1990.

Los objetivos formales de esta Conferencia fueron:

a) mantener el espíritu de cooperación internacional sobre drogas desarrollado en la Conferencia Internacional sobre Toxicomanía y Tráfico Ilícito de Drogas (ICDAIT) de 1987, y en la Conferencia de Viena de 1988;

b) fomentar el compromiso internacional hacia la reducción de la demanda de drogas;

c) fortalecer la eficacia de las políticas de reducción de la demanda, mediante el intercambio de experiencias y conocimientos técnicos entre los distintos gobiernos y organizaciones no gubernamentales;

d) identificar métodos que permitan orientar, de la manera más eficaz posible, la cooperación internacional para reducir la demanda de la cocaína y combatir su producción y tráfico. (39).

Rol preponderante en este cónclave, jugó el entonces Presidente de la República de Colombia, Sr. Virgilio Barco Vargas. En su alocución ante la Asamblea, enfatizó que el problema de la demanda es un aspecto fundamental que debe ser considerado como objetivo esencial de la lucha contra los narcóticos.

Al tiempo de mencionar que ya es hora de poner fin al inútil proceso de evasión de innegables responsabilidades, recriminaciones y acusaciones mutuas; el Presidente colombiano afirmó, que la responsabilidad del combate al narcotráfico, incumbe a todos compartirla, lo mismo que sus costes, sacrificios y éxitos

Del 27 de agosto al 7 de septiembre de 1990, se celebra en La Habana, Cuba, el Octavo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente. En relación con la delincuencia organizada y el tráfico de drogas, el Congreso resolvió:

1.- Reafirmar su compromiso de respetar los tratados internacionales existentes,

2.- Instar a los Estados a que intensifiquen las medidas que han adoptado, a fin de responder a las crecientes manifestaciones de la delincuencia organizada y el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas,

3.- Reafirmar que, en el plano internacional, las tendencias a fortalecer políticas y estrategias para prevenir, reducir o eliminar la delincuencia organizada y el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas deben estar basadas en el absoluto respeto a la soberanía y la integridad territorial y política de los Estados y la libre determinación de los pueblos; y

4.- Reafirmar que las acciones, antes mencionadas, deben garantizar, en la esfera individual, los de derechos humanos de todas las personas (41)

A nivel del continente Americano, en este mismo año, la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas, CICAD, convocó a una Reunión Ministerial en Ixtapa, México. En ella se evaluó el progreso del Programa de Acción Río de Janeiro, adoptado por los países miembros de la Organización de Estados Americanos en 1986.

A través de la Resolución AG/Res. 1045 (XX-0/90) de la Asamblea General de la OEA, se aprobó posteriormente, el Programa de Acción de Ixtapa. En él se establecieron las prioridades específicas a ser desarrolladas durante los siguientes tres años. Se pretende esencialmente, coordinar los esfuerzos de las diversas agencias que trabajan en el problema de las drogas en la región interamericana, a través de cinco líneas de acción:

a.- Desarrollo legal. Dirigido a cimentar la cooperación intergubernamental, por medio de la armonización de las legislaciones; el mejoramiento y la agilización de los procedimientos judiciales; el desarrollo de sanciones uniformes y la generación del respaldo popular a las acciones emprendidas.

b.- Educación para la Prevención. Diseñada para incorporar programas comprensivos de prevención del abuso de drogas en las escuelas del hemisferio.

c.- Movilización de la Comunidad. A través de ella, se pretende movilizar al sector privado de los estados miembros: medios de comunicación, corporaciones, industrias, ONG's, etc. a fin que apoyen y financien acciones privadas que amplíen la comprensión del público en cuanto al problema de las drogas, cubriendo a un tiempo, esfuerzos esenciales de prevención, tratamiento y rehabilitación que el sector público no puede suministrar.

d.- Sistema Estadístico Uniforme. Pretende establecer un Banco Interamericano de Datos comparativos y confiables en todos los Estados Miembros.

e.- Sistema Interamericano de Información sobre Drogas. Recopila materiales, publicaciones y audiovisuales, facilitando el acceso a la información sobre el problema de las drogas en los países miembros.

A pesar de tan encomiables esfuerzos y programas, y la elaboración de los reglamentos modelo sobre lavado de dinero y precursores químicos; no podemos menos que afirmar, que sus logros en la Región han sido muy escasos y con una lenta evolución en el tiempo. Lo anterior, no imputable a la dinámica Secretaría Ejecutiva de la CICAD; sino más bien, a la escasez de recursos económicos de que dispone para poderlos implementar.

Por su parte, el Consejo de la Comunidad Económica Europea, durante el período de sesiones celebrado en Roma del 13 al 14 de Diciembre de 1990, aprobó el Plan Europeo para la Lucha Contra el Abuso de Drogas, en procura que sus Estados Miembros puedan implementar políticas efectivas en su lucha contra las drogas.

Se resolvió, a través de la aprobación del Plan Europeo:

1.- Establecer un Centro de Coordinación, CELAD, en el que estarán representados los cuerpos administrativos responsables de la reducción de la demanda y de la supresión del tráfico ilícito, de cada uno de los Estados Miembros.

2.- Constituir, bajo la dependencia de la CELAD, el Centro Europeo de Información y Monitorero de Drogas, que abarca no sólo aspectos de orden social y de salud, sino aquellos relacionados asimismo con la supresión de la demanda y el tráfico ilícito.

3.- Organizar un Programa de Acción Sobre la Reducción de la Demanda, cuyas principales iniciativas estarán relacionadas con: a) la prevención a través de la información y la educación; b) medidas de salud y de orden social; c) reintegración social y ocupacional; d) programas destinados a los drogadictos y la prevención del SIDA; e) programas estadísticos y epidemiológicos; f) programas de capacitación técnica y científica al personal involucrado y g) participación activa con un rol preponderante de las ONG's en todas las actividades relacionadas con la promoción de la prevención y la reintegración social.

4.- Establecer acciones directamente relacionadas con la supresión del tráfico ilícito de sustancias estupefacientes y sustancias psicotrópicas, persiguiendo los siguientes objetivos: a) fortalecimiento de los controles fronterizos para el combate contra el tráfico ilícito; b) cooperación y vigilancia interestatal dentro de los límites territoriales de la Comunidad con la provisión de todo el soporte técnico; c) combatir la producción ilícita de drogas a través de medidas que prevengan la utilización de precursores y otros químicos esenciales para tales propósitos; d) adopción de las medidas necesarias contra el lavado de dinero procedente de actividades relacionadas con el tráfico ilícito de drogas; e) fortalecimiento de los sistemas legales y judiciales; y f) fortalecimiento de los sistemas de base de datos y recolección estadística.

5.- Acciones de Orden Internacional, concentradas en los siguientes tres sectores: a) implementación de las convenciones de las Naciones Unidas sobre la materia, así como del Plan Global de Acción; b) cooperación técnica y financiera a nivel bilateral y multilateral con los mayores productores y los países de tránsito drogas, y c) cooperación con otros países desarrollados consumidores de drogas. (42).

El 21 de Diciembre de 1990, la Asamblea General de las Naciones Unidas, por Resolución N° 45/179, crea el Programa de las Naciones Unidas para la Fiscalización Internacional de Drogas, UNDCP. Su mandato y funciones están compuestos por todas aquellas encomendas a las Naciones Unidas en el campo del control de drogas e incluyen todas a las contenidas en los Tratados y Convenciones Internacionales sobre control de estupefacientes y sustancias psicotrópicas; el Plan Global de Acción, el Plan Amplio y Multidisciplinario de Actividades Futuras sobre los problemas del uso indebido y tráfico ilícito de drogas y las resoluciones de los cuerpos legislativos del las Naciones Unidas; resoluciones de la Asamblea General, del Consejo Económico y Social y de la Comisión de Estupefacientes.

A partir de este momento, el Programa se constituye en el único ente responsable de la concertación internacional de las acciones relativas a la fiscalización de drogas, integrando en una sola estructura las funciones de la División de Estupefacientes, la Secretaría de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, JIFE, y el Fondo de las Naciones Unidas para la Fiscalización del Uso Indebido de Drogas, UNFDAC. Sus principales líneas de acción son:

1.- Velar por el cumplimiento de Tratados y Convenciones Internacionales sobre la materia;

2.- Aplicación de Políticas e Investigación, a través de dos tipos de servicios fundamentales a saber: de referencia y servicios sustantivos. Los primeros abarcan: el análisis de los informes anuales de los gobiernos sobre el cumplimiento de los tratados de fiscalización de droga; la elaboración comparativa de las estadísticas centrales; publicaciones y referencias y una estrategia de información computarizada. Los segundos se ocupan de la reducción de la oferta, la reducción de la demanda, la supresión del tráfico ilícito de drogas, la capacitación centralizada y el laboratorio.

3.- Actividades Operacionales. Se ejecutan por medio de la División que lleva ese mismo nombre y que está encargada de coordinar y ejecutar los proyectos de cooperación técnica ejecutados a la fecha por el UNFDAC, la División de Estupefacientes y la Secretaría de la JIFE. Su servicio de movilización de recursos, presta asistencia en lo relativo a la obtención de fondos y también da apoyo a los proyectos de cooperación técnica. Tiene a su vez un servicio de operación de proyectos, que está encargado de supervisar el diseño y la ejecución

de los proyectos a nivel nacional y regional. (43).

A pesar de los concertados esfuerzos internacionales antes mencionados, la amenaza del narcotráfico, no sólo no tiende a disminuir, sino que todos los indicadores nos muestran lo contrario, cada día se multiplica más.

Veamos algunos de estos indicadores: en un informe presentado en el mes de septiembre de 1992 por la mayoría demócrata del Senado de los Estados Unidos, ante el Comité Judicial de dicha cámara, por medio del senador Joseph Biden; se afirma que: después de cinco años y US $2.100 millones dedicados a combatir el tráfico de cocaína en Bolivia, Colombia y Perú, a través de su Iniciativa Andina, el Gobierno de los Estados Unidos, ha logrado escasos resultados e irónicamente, con el aumento de la represión en los países citados, lo que se ha conseguido es la expansión del tráfico de la cocaína a otras naciones del continente. El mismo informe sostiene que en 1991, la producción de hoja de coca fue un trece por ciento superior a la de 1988.

El Instituto de Investigaciones Culturales Latinoamericanas, IICLA afirma que en Bolivia se generan por la coca, alrededor de US $600 millones al año. En tanto, según un cable de la Agencia EFE proveniente de Río de Janeiro el 27 de septiembre de 1992, relacionado con declaraciones de Roberto Precioso, Jefe de la Delegación Regional de Narcóticos de la Policía Federal Brasileña; el narcotráfico utiliza a Brasil como "lavandería" de al menos 240 millones de dólares anuales.

Según datos oficiales del mes de octubre de 1992, el área de producción de hoja de coca en el Perú, aumentó en un 40% en los últimos dos años, pasando de 250.000 hectáreas de sembradíos a 350.000.

Amén de producir actualmente el 18% de la hoja de coca y el 70% de la producción mundial de cocaína; Colombia se dedica principalmente a comprar la base o pasta básica de la coca de sus países vecinos: Perú, primer productor del mundo de la hoja de coca y segundo de pasta básica con un 10% y Bolivia con un 23% de la producción mundial de hoja de coca y 9% de producción de cocaína.

CONCLUSIONES:

Con frecuencia en todo lo anteriormente expuesto, bien se puede afirmar que tanto la producción, el tráfico y el consumo ilícito de drogas así como sus actividades conexas, responden principalmente a dos fenómenos globales: el de las relaciones transnacionales de dominación y poder económico; y otro de carácter estructural: el de la dependencia y el del subdesarrollo, y que, por lo tanto, no podemos pretender atacar eficaz y efectivamente su problemática, sino estamos dispuestos a un tiempo a enfrentar los problemas asociados que conlleva.

En este sentido, coincidimos con los planteamientos esbozados por múltiples analistas latinoamericanos sobre el tema, en cuanto a que, el abordaje del problema y la búsqueda de soluciones, tiene necesariamente que ser de carácter inter y multisectorial e interdisciplinario; tomando en cuenta todos aquellos factores de orden psicológico, cultural, religioso, económico, social y político que inciden directamente en el mismo; dando un énfasis especial a los temas relacionados con los términos de intercambio de productos y con el desarrollo social de los pueblos.

"La política criminal contra las drogas ya no puede ser sino una política social de desarrollo mundial (44)", que debe procurar las reformas necesarias en las políticas mundiales relacionadas con los aspectos socio-económicos y tecnológicos; con el fin de alcanzar, sociedades más igualitarias, democráticas y estables.

Tanto en cuanto a la "Guerra Contra las Drogas" no se dirija al propio tiempo y de modo principal, contra los motivos macrosociales, económicos, políticos y jurídicos que apoyan o estimulan el narcotráfico, no estaremos haciendo más que un dramático pero ineficaz ataque contra la periferia y no contra el meollo.

El narcotráfico, no se puede tomar como un problema social aislado del contexto que lo engendra y en el que se desarrolla. Como se indicó supra, mientras subsistan los índices de subdesarrollo; de pobreza extrema de los países productores de drogas y de tránsito; la injusta repartición de la tierra y se sigan mostrando estos índices en el acentuado deterioro que han tenido en los años del pasado reciente; y las disparidades en la distribución de la renta nacional y la estructura ocupacional continúen manteniéndose; los programas de sustición de cultivos no podrán alcanzar sus metas y objetivos.

En el área comprendida en los programas de sustitución de cultivos y la inversión destinada para los mismos, es poco significativa para la real dimensión del problema. Por otra parte, tanto en cuanto no se asegure a los campesinos involucrados en ellos, adecuados canales de comercialización, estables y a largo plazo, con precios justos para sus productos; estos programas, están destinados a desaparecer en el momento en que cese el financiamiento internacional que les dio origen.

Menos aún podrán alcanzar los objetivos de eliminación del tráfico ilícito de drogas, los programas de represión pura. La inefectividad de la política punitiva como única arma, ha quedado evidenciada. Esta no podrá lograr su efecto disuasivo de conducta criminosa sobre los sujetos partícipes, sobre todo aquellos que participan en los procesos de producción; ya que éstos se encuentran sumidos en un "punto de no retorno" y en consecuencia, no pueden solventar su problemática de subsistencia mínima de ninguna otra forma.

Por otra parte es importante anotar que en las épocas en que se ha intensificado la represión penal contra este tipo de criminalidad y se han producido excesos en la persecución policial, ciertamente el volumen de producción de drogas a disminuido; pero en la misma escala, su precio de venta a aumentado a nivel internacional, tornando la actividad en un negocio más lucrativo.

A pesar del ciclo de fuerte represión que se inició a nivel mundial como consecuencia de la declaratoria de la "Guerra Contra las Drogas" por parte del Gobierno de los Estados Unidos durante las administraciones Reagan/Bush; "los porcentajes de droga incautada, de cultivos destruidos y de narcotraficantes capturados; no alcanzan a ser significativos, si se tienen en cuenta los volúmenes de droga producida; el número de hectáreas cultivadas o la cantidad de personas dedicadas de una u otra manera a este ilícito comercio. (45)

Es de lamentar el hecho que la amenaza de la sanción penal, no ha podido concretarse, más que de forma excepcional, sobre los llamados "peces gordos del narcotráfico", también conocidos como los "barones de la droga". Lo usual es que ésta pese únicamente sobre los "pisacoca" y los pequeños distribuidores y transportadores de droga y precursores químicos.

Resulta imprescindible en consecuencia, tornar el "negocio" del narcotráfico en un "mal negocio" y quitarle las grandes expectativas de abundantes utilidades. Unicamente privando a los narcotraficantes de sus exhorbitantes ganancias, podrá disminuirse su poder económico y político, generados de una corrupción global y estructural que afecta tanto a los Gobiernos como a los diferentes Sistemas de Administración de Justicia.

Existe asimismo la necesidad de adopción de políticas criminales uniformes en todos los Estados, a través de las cuales se impida a los narcotraficantes tener acceso a "paraísos financieros y legales". Por otra parte, y sobre este mismo tema, no resulta equitativo, que los países industrializados, especialmente aquellos del "Grupo de los Siete"; no criminalicen dentro de sus territorios nacionales; de la misma forma y con la misma dureza las conductas relacionadas con el consumo, producción, tráfico ilícito de estupefacientes, sustancias psicotrópicas, precursores químicos y lavado de dinero, con que presionan a los países subdesarrollados para que lo hagan.

"Mientras se siga conjugando la farisaica idea de que el narcotráfico es malo, pero no el dinero que en él se origina, no podrán existir controles efectivos para la represión de este azote social (46)"

Con esto se hace referencia a la propiedad privada, la prohibición de la confiscación de bienes, el secreto bancario y la reserva fiscal entre otras; algunas de ellas con rango constitucional. Los Estados que protegen estos derechos, deben considerar si se justifica que sean principios de carácter absoluto, o si, por el contrario, la salud de nuestras precarias democracias justifica la consagración de ciertas excepciones. La contradicción aparece entre el uso indebido, delictuoso de la propiedad, y los requerimientos de la sociedad en relación con la misma. Aquí, la expropiación no es una sanción contra el propietario, sino la consagración de la prevalencia del interés social frente al interés particular. En este caso "se extingue el derecho, porque el Estado no está en la obligación de proteger un bien patrimonial que no ajusta a las exigencias de la Constitución. (47).

Es importante, por otra parte, informar adecuadamente y cambiar el pensamiento de las gentes sobre este problema. Debe ponerse en ese sentido, un énfasis especial en todos los programas social-preventivos y de rehabilitación; utilizando, como instrumento, los centros educativos y la imposición de una obligación de carácter legal, a todos los medios de comunicación colectiva, para difundir a través de ellos, programas continuos de información y concientización sobre el mismo.

A pesar de las diferencias políticas adoptadas por los países de la comunidad mundial para enfrentar el tráfico ilícito de drogas, los resultados deseados todavía no han sido alcanzados. La falta de mecanismos unificados; lo inadecuado e insuficiente de la cooperación internacional y la forma en que ésta es canalizada; la falta de controles eficaces en el sistema financiero internacional que coadyuva a no poder privar a los narcotraficantes de sus ganancias, la ausencia en los países industrializados, de tipos penales que criminalicen la producción y el desvío de precursores químicos para la fabricación de drogas, y la falta de políticas comprensivas que ataquen los problemas sociales: fundamentalmente aquellos relacionados con el desarrollo en los países productores; son unas de las causas del fracaso parcial de las acciones emprendidas a la fecha.

Se sugiere en consecuencia la adopción de una política criminal uniforme y comprensiva, adoptada por todos los Estados a nivel mundial, dentro de los mismos parámetros que establezca una penalización prudente y moderna y una acción policiva menos recia, por cuanto está comprobado que el costo socio-político que hay que pagar cuando las penas y persecuciones son drásticas y prioritarias es sumamente elevado.

América Latina tiene que comenzar de inmediato la acción transformadora de sus estructuras sociales, políticas y económicas, porque de no hacerlos podría sumergirse en un aspecto peor del problema de las drogas: pasar de "productor no consumidor" a "productor-consumidor". (48).

"Nunca se advertirá bastante acerca del cuidado que hay que observar para que en un Estado de Derecho, el crimen se combata con medidas de derecho y no con crímenes, pues el Derecho justamente no puede igualarse con su negación".



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