De como los medios y los gobiernos tratan un atentado dependiendo de si el autor es un fanático religioso, un antisitema o simplemente un psicópata que por casualidad es de derechas
Durante casi todo el día de ayer, se daba casi por descontado que las masacres de Oslo habían sido ejecutadas por terroristas islámicos. El New York Times lo daba por hecho en portada así como otros grandes rotativos nacionales e internacionales. Sus editoriales echaban espuma por la boca contra el islamismo radical y recordaban otros atentados de dicha autoría.
Mas tarde, y ante la poca fiabilidad de que fueran islamistas, se empezó a acusar del doble atentado a grupos antisistema.
La confirmación de que, en realidad, el doble atentado había sido cometido por Anders Behring Breivik, un noruego de ideas antiislamistas vinculado a grupos de extrema derecha y con antecedentes en actividades mas que sospechosas, no solo ha dado un vuelco a la noticia sino que en muchos casos se ha visto como lo contaban con el gesto contrariado algunos medios.