Foto del ejército estadounidense, realizada por el soldado Justin K. Thomas, Wikimedia Commons
“Me quedé en Irak porque me adapté tan bien al ambiente allí que no quería volver a casa. Eso es el estrés post traumático”, escribe un marine anónimo en la revista online de veteranos Another Source. “Nos volvemos tan perfectos en combate que nos olvidamos de funcionar en un entorno normal. Los terapeutas llaman a estos síntomas “habilidades de supervivencia”, comportamentos que nos mantienen vivos en combate. Eso está bien en la guerra. Pero no es tan fácil llegar a casa y apagarlos porque cuando intentamos hacerlo no nos sentimos seguros”.
Scott Mattoon edita éste y otros ensayos como director del proyecto Another Source, “otra fuente”. Todos los autores son veteranos de las guerras de Irak y Afganistán que cuentan de primera mano desde lo que significa sobrevivir a una bomba en la carretera hasta buscar trabajo mientras se recuperan de las secuelas del combate o cómo se enfrentan a un divorcio nada más llegar a casa desde una guerra al otro lado del mundo.
Mattoon conecta con los veteranos en los talleres de escritura que ha creado para ellos. Comenzó como un proyecto para que compartieran el verdadero significado de ir a la guerra. Sin el filtro de los medios de comunicación. Sin el pudor de las autoridades. Ahora mismo está abierto a cualquier autor afectado por la violencia de forma directa o indirecta. Soldados con heridas más o menos graves. Desde traumatismos cerebrales hasta Síndrome de Estrés Post-traumático. Veteranos sin síntomas pero derrotados porque no encuentran trabajo nada más regresar del conflicto. Familiares de los que ya no están. La esposa a la que una lesión cerebral le roba todo lo que fue su marido.
“Tienen libertad para escribir lo que quieran, sólo queremos que se desde la perspectiva de un veterano o a través de su experiencia“, nos cuenta Scott Mattoon. “La mayor parte de los que han venido a los talleres y después se han quedado con nosotros ya llegaban con una idea clara en la cabeza, sabían de lo que querían escribir”.
Soldados inspeccionan un edificio en Irak. Foto del ejército estadounidense.
Como el soldado anónimo que quería contar su regreso a casa después de cuatro rondas consecutivas en Irak, durante cuatro años: “Ya no estoy cómodo en casa. Mi nivel de tolerancia a las amenazas que percibo está tan afinado que me siento más seguro en Irak. Aquí cualquier extraño parece una amenaza. Si estoy conduciendo cerca de casa y llevo un coche detrás, doy varios giros innecesarios para asegurarme que no me siguen. Cuando estoy en casa siento que me vigilan. Apago las luces y bajo las persianas para que nadie me vea. Mi perro piensa que soy idiota porque siempre nos chocamos en la oscuridad”.
Mattoon, antes editor del periódico San Francisco Chronicle, está centrado exclusivamente en este proyecto. “Necesitan ayuda para contar su historia, me siento con ellos, nos reunimos y sobre todo hablamos de lo que piensan hasta entender qué es exactamente lo que quieren decir”.
Mattoon se asegura que los veteranos están listos para sentarse delante del papel. No quiere hablar de si es terapéutico o no, pero reconoce que si los soldados no están en el momento adecuado para escribir su experiencia, pueden empeorar. Consulta con sus terapeutas. Y sólo se reúne a solas con ellos si sabe que estará seguro.
Recuerda todas y cada una de las historias publicadas en los últimos dos años. Pero le marcó un soldado que sobrevivió a tres explosiones y que nunca escribe sobre las bombas, sino el instante entre la segunda y la tercera. La primera bomba les detuvo en el camino. La segunda explotó cuando dos de sus compañeros estaban a punto de desactivarla. No habla de la tercera. “Parece que ese instante se ha quedado con él durante años, el daño está muy claro”, comenta Mattoon.
“Dos militares a punto de rescatar a los heridos se miran de forma escalofriante. Sin palabras. Esa mirada dice todo. Dice “te quiero”. Dice “tengo miedo”. Dice “no quiero”. Dice “dile a mi familia que les quiero”. Dice “no te olvides de mí”, ” escribió Chase Weston, el soldado que sobrevivió con un traumatismo craneal y fracturas en la columna. Ahora trabaja como voluntario para el servicio de veteranos en Montana y cuatro años después se recupera de estrés post traumático.
En las ocasiones en las que los propios soldados no pueden contar ellos mismos su historia, Mattoon les entrevista y escribe los ensayos. Con otro estilo, pero salvando la voz individual del veterano. Siempre tarda semanas en preparar un reportaje. Reuniones, encuentros, entrevistas canceladas y mucha, mucha paciencia. En un momento el periodista se planteó dejar el proyecto. Demasiada responsabilidad tener que ser editor, escritor, director, diseñador y también recaudar fondos para mantener el proyecto en marcha.
Hace un año, de regreso a casa tras uno de los talleres a los que no se presentó ningún veterano, recibió un email de uno de ellos. Se había quedado dormido. La medicación para los síntomas de estrés post traumático altera los patrones del sueño en algunos pacientes. Pero este era la luz al final del túnel en el que Mattoon estaba atrapado. Quería escribir una historia y, desde que tenía la idea en la cabeza, sólo había sufrido una pesadilla.
“Dejé de pensar en el proyecto como una publicación. Cuenta con un contenido y una perspectiva únicos”, explica el periodista. “El nivel de los escritores es mucho mejor que en otras páginas similares y yo sólo quiero crear un foro donde podemos leer de primera mano cuál es el verdadero impacto de la guerra“.
El proyecto Another Source empezó como un taller para veteranos pero en la actualidad está abierto a cualquier persona que haya sobrevivido a un trauma. Mattoon prepara estos días un ensayo con un refugiado iraquí. Ayer por la noche trabajaba con otro soldado, casi vecino del refugiado y que trae heridas parecidas de su país. Pronto espera poder recoger la experiencia de familiares, incluso de las mujeres que cuidan de veteranos con serios daños cerebrales.
“Para mí es un foro donde podemos hablar más allá de la política, las armas de destrucción masiva, el petróleo o la estrategia militar”, dice Mattoon. “Se trata de personas, de derechos humanos. La gente no sabe de qué estás hablando realmente cuando mandas a una nación a la guerra”.
En Another Source está la respuesta.
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