
Con este artículo no deseo atacar a nadie. Considero que la religión es una opción personal y respeto a aquellos que escogen esa opción. Sin embargo, el culto organizado y jerárquico ha sido ejecutor, como mostraré en este artículo, de muchísimas persecuciones hacia los que no compartían su doctrina. Y ahora, que tenemos que pagar entre todos los caprichos de una religión (de las miles que hay en el mundo y que, por cierto, todas dicen ser la verdadera), considero que un artículo como este es más necesario que nunca.
Se llamaba Diágoras, nacido en Melos en el 465 a.C, pensador sofista y primer ateo declarado de la historia de la humanidad, aunque es posible que antes de él haya habido muchos él es el primero, por desgracia no nos ha llegado ninguno de sus escritos.
Con Diágoras se inicia una importante batalla, la batalla de la razón contra la superstición y el engaño. Una lucha por negar las mentiras de una élite que basaba su poder en la ignorancia humana.