Luego de escribir una opinión sobre el imperialismo y su repercusión social, me encontré sorpresivamente con un artículo de investigación y muy bien fundamentado, no como el mío, publicado el mismo día por LaHaine.org y escrito por Clauido Katz.
Resumen:
Estados Unidos actúa como un sheriff global para confrontar con la insurgencia popular y la inestabilidad geopolítica. Como la primera potencia garantiza la reproducción mundial del capital, obtiene un gran financiamiento externo acumulando desequilibrios, que serían inadmisibles para cualquier otro país. La supremacía del Pentágono determina la gravitación de Wall Street, el dólar y los Bonos del Tesoro
El estado norteamericano ha internacionalizado su actividad, a través de instituciones que actúan de manera conjunta en la esfera nacional y mundial. Mantiene además, vínculos privilegiados con todas las elites del planeta y armoniza los intereses de las empresas locales y mundializadas.
La supremacía imperial se apoya en una ideología americanista de coerción, que diaboliza a los cambiantes enemigos y naturaliza el ejercicio de la violencia. Este imperialismo cultural se expande celebrando el mercado y exaltando el individualismo competitivo.
El americanismo tiene un doble sustento de belicismo e hipocresía. El uso de la fuerza y la búsqueda de consentimientos se alternan en función de cada coyuntura internacional. Las peculiaridades del imperialismo estadounidense obedecen a un origen no colonialista, que sustituyó el anexionismo por la presión militar y el sometimiento económico.
La efectividad de la superioridad militar estadounidense es dudosa. Existen crecientes contradicciones entre la voluntad, la tentación y la capacidad hegemónica, en un contexto de segmentación económica y fractura social. Cada acción desestabiliza, además, las relaciones de competencia y cooperación con los socios. El imperialismo contemporáneo afronta fuertes desfasajes. La superioridad militar coexiste con gran diversidad de competidores económicos y creciente dispersión del poder político.
Fuente:
Texto escrito por Mumía Abú-Jamal, anarquista norteamericano condenado a muerte:
5/3/2011 – Mientras fuerzas en pro y en contra del gobierno luchan por supremcía en las ciudades y en los desiertos de Libia, en Africa del Norte, la tendencia y el tono de los reportajes de los medios norteamericanos y del oeste ponen al descubierto la mentira de la tan cacareada objetividad periodística. Los entusiasmos parecen más adecuados para ESPN que para los principales servicios de noticias nacionales, incitados, naturalmente, por la enemistad de Estados Unidos contra el Coronel Moammar Khaddafy, quien por mucho tiempo ha sido una espina en el costado de las ambiciones imperialistas norteamricanas en la región. No nos engañemos y creamos que los esfuerzos norteamericanos son causados por su preocupación por el sufrimiento del pueblo libio, porque fácilmente 10 veces más (quizás, 30 veces más!) que ese número de gente sufrió bajo Husni Mubarak, el Presidente-por-Vida de Egipto, aliado de confianza de Estados Unidos, y por décadas el gobierno norteamericano se hizo el que no oyó los gritos de dolor del pueblo egipcio. Solo cuando el pueblo se levantó, y tomó el escenario, Estados Unidos empezó a balbucear frases sobre “derechos humanos,” y a preocuparse sobre “la violencia.” Esto, del gobierno norteamericano que secretamente enviaba gente (y quizás todavía los esté enviando!) a los huecos del infierno egipcio para que sean torturados hasta que se rindan –y para ser asesinados por la horrenda policía secreta de Egipto. Es verdad, cualquiera que sepa algo de la historia de Estados Unidos no puede escuchar sin perturbarse las acusaciones de los medios y de los politicos sobre un gobierno que ataca y bombardea “a su propio pueblo”. Porque la Guardia Nacional de Estados Unidos disparó sus armas semi-automáticas contra indefensos estudiantes en Kent State University, en Ohio, matando a 4 inocentes muchachos sin armas que protestaban contra la guerra en Viet Nam. Poco después, 2 muchachos Negros fueron golpeados y asesinados por policías en Jackson State University, Mississippi, durante una protesta similar. Filadelfia, Pensilvania, fué el lugar donde el gobierno de Estados Unidos bombardeó un hogar, matando a hombres, mujeres y bebes. Ese fué el Bombardeo de MOVE, del 13 de mayo de 1985, donde 11 personas murieron bombardeadas, y todo un bloque de la ciudad fué convertido en humeantes desechos en brazas. ¿Fué alguno de esos bombarderos “llevado a la justicia”? Y cuando Israel desató la Operación Coraza de Plomo contra los Territorios Ocupados de Gaza, matando a más de 1,400 palestinos –hombres, mujeres, niños y ancianos– y el respetado Juez sudafricano, Richard Goldstone, emitió un reportaje llamando, “crímenes de guerra”, a los ametrallamientos, bombardeos y disparos contra la población civil con armas de alto calibre, ¿qué hizo la administración Obama? ¿Criticó a los bambarderos israelíes, o al juez? Bueno… Suponga. (Si Usted supuso que la administración Obama criticó al juez Goldstone, Usted acertó; y éso le da una idea de lo mucho que al gobierno norteamericano le interesan los derechos humanos, la violencia, o que un gobierno bombardée a la desarmada población civil; o el sufrimiento de los árabes bajo regímenes represivos.) Aquí está la lección: Los rebeldes, en toda nación, luchan contra el infierno. –(c) ‘11 maj Traducción libre del inglés enviado por Fatirah Aziz, Litestar01@aol.com, hecha en REFUGIO DEL RIO GRANDE, Texas.
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