08.07.2011 · Amnistía Internacional
El gobierno estadounidense ha suministrado asistencia militar por valor de 100.000 millones de dólares al año al Ejército de Liberación Popular de Sudán en Sudán del Sur. © Leszek Golubinski
Londres.- Los Estados miembros de la ONU deben tomar medidas para controlar los envíos de armas a regiones inestables, como Kordofán del Sur, Sudán, ha manifestado Amnistía Internacional hoy, con motivo de las conversaciones que van a celebrarse durante una semana acerca de un tratado global sobre el comercio de armas.
China, Rusia y Estados Unidos son algunos de los Estados que han suministrado armas o adiestramiento militar a las Fuerzas Armadas de Sudán, así como al Ejército de Liberación Popular de Sudán, fuerzas armadas oficiales del Sudán del Sur, que declarará su independencia mañana 9 de julio.
Los análisis de Amnistía Internacional vinculan a aviones de fabricación rusa con ataques aéreos indiscriminados efectuados el mes pasado en la capital regional, Kadugli, y otras zonas de Kordofán del Sur, en los que murieron y resultaron heridos civiles.
“En Kordofán del Sur se está matando e hiriendo a civiles con armas fabricadas en el extranjero por gobiernos que no evalúan rigurosamente los riesgos humanitarios y de derechos humanos antes de hacer negocios con las fuerzas armadas”, ha manifestado Erwin Van Der Borght, director del Programa de Amnistía Internacional para África.“En las negociaciones que entablen la próxima semana acerca de un tratado global sobre el comercio de armas, la grandes potencias, como China, Rusia y Estados Unidos, deben prestar su apoyo a la norma de que no se vendan armas ni municiones a fuerzas que representen una amenaza sustancial de comisión de violaciones de derechos humanos.”
Amas para las fuerzas sudanesas
En Kordofán del Sur, las fuerzas aéreas de Sudán han utilizado recientemente aviones Antonov y cazas Sujói SU-25 de fabricación rusa, 14 de los cuales se exportaron de Bielorrusia a Sudán en 2008 y 2009, según datos de la ONU.
Análisis especializados de imágenes de fragmentos de cohetes de ataques aéreos efectuados el 14 y el 25 de junio han revelado que se utilizaron cohetes S-5 de 57 mm y cohetes soviéticos de lanzamiento aéreo de 240 mm. Aunque no se ha podido identificar al proveedor de los cohetes, se sabe que esta munición puede dispararse desde cazas MiG-21 o SU-25 o desde helicópteros de combate Mi24.
Según imágenes de satélite, el 28 de junio había aviones de todos estos tipos, así como un Antonov, en la base aérea de El Obeid, Kordofán del Norte. El mantenimiento de los helicópteros de combate de las fuerzas aéreas de Sudán lo tiene una empresa rusa, y se ha adiestrado en Rusia a pilotos de Mi-24 sudaneses.
El ejército de Sudán ha utilizado anteriormente aviones Antonov de fabricación rusa en bombardeos aéreos indiscriminadados contra la región occidental de Darfur.
China ha sido uno de los principales proveedores de armas convencionales de la Fuerzas Armadas de Sudán. En 2008 y 2009, vendió a Sudán artillería por valor de más de 23.000 millones de dólares estadounidenses, así como tanques y otros vehículos blindados de combate por valor de casi 11.000 millones y armas de fuego militares por valor de 1.800 millones, según datos de la ONU. China sólo informa de la exportación de fusiles y escopetas de caza y deportivos durante ese mismo periodo.
Armas para el Ejército de Liberación Popular de Sudán
Armas para el Ejército de Liberación Popular de Sudán
Desde enero de 2022, los combates entre el Ejército de Liberación Popular de Sudán y los grupos armados de oposición ha matado a centenares de civiles y desplazado a más de 10.000 personas en los estados de Alto Nilo, Unity y Yonglei de Sudán del Sur. Las fuerzas del Ejército de Liberación Popular de Sudán son responsables de graves violaciones de derechos humanos, como homicidios ilegítimos y destrucción de viviendas y otros bienes civiles. Amnistía Internacional ha pedido que se haga rendir cuentas de los abusos cometidos por militares, policías y miembros de otras fuerzas de seguridad en Sudán del Sur.
Ucrania transfirió importantes cargamentos de armas al Ejército de Liberación Popular deSudán a través de Kenia y Uganda en 2007 y 2008. Contenían, entre otras cosas, tanques, cañones antiaéreos, lanzacohetes múltiples y fusiles automáticos.
Según informes, el gobierno estadounidense ha suministrado asistencia militar por valor de 100.000 millones de dólares al año al Ejército de Liberación Popular de Sudán en Sudán del Sur. Apenas se ha publicado nada sobre la naturaleza de tal asistenta, pero en un cable diplomático de 2009 que sacó a la luz Wikileaks se habla de “nuestro programa de adiestramiento para al Ejército de Liberación Popular de Sudán, que incluye adiestramiento a soldados en armas de combate”.
Es esencial que todo adiestramiento militar estadounidense que se preste al Ejército de Liberación Popular de Sudán refuerce los principios de derechos humanos.
“El papel de las grandes potencias en un suministro de armas y adiestramiento militar que está agudizando el conflicto de Sudán pone de relieve la urgencia de un tratado sobre el comercio de armas sin fisuras. El tratado debe incluir medidas efectivas para garantizar que los Estados cumplen y hacen cumplir todas sus disposiciones”, ha manifestado Brian Wood.
“Los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU deben apoyar con todo su poder político los esfuerzos por conseguir que el tratado sea efectivo para salvar vidas y prevenir los abusos contra los derechos humanos, para no correr el riesgo de menoscabar su finalidad y poner en peligro todo el proceso.”
Amnistía Internacional pide a los Estados que negocian el tratado sobre el comercio de armas que incluyan procedimientos para imponer una prohibición de las transferencias de armas a lugares donde exista un riesgo sustancial de que se cometan violaciones de derechos humanos y otras infracciones graves. El tratado debe también penalizar el tráfico ilícito y a quienes incumplan los embargos de armas, ha manifestado la organización.
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