sábado, 23 de julio de 2011

Argentina - Experiencia piquetera: Los parados, con los cortes de rutas, también pueden paralizar la producción

Una de las experiencias más interesantes en los últimos cinco años, desde el gobierno de Menem, es representada por los trabajadores desempleados de decenas de provincias argentinas. El grueso de los trabajadores industriales está hoy desempleado; ellos solían ser el 40 por ciento de la fuerza laboral, hoy en día son menos del 20 por ciento. Dicen los jóvenes de Neuquén: “Sómos parte de los miles de jóvenes que sufrimos la desocupación, algunos de nosotros nunca pudimos trabajar y los que tuvimos la oportunidad lo hicimos por dos mangos y sin ningún derecho. Sómos jóvenes desocupados cansados de que nos repriman en los barrios o en las calles por manifestarnos por nuestros derechos". Y son las mujeres, las esposas de los desempleados, las que han impulsado a los esposos en los piquetes y sostenido el movimiento.
Fue en 1996 cuando se produjo el primer piquete en una provincia de Neuquén. La privatización de la petrolera estatal YPF dejó en la calle a todo un pueblo, lo que llevó a ex obreros y vecinos desocupados a cerrar la carretera durante semanas. Durante la protesta fue asesinada la pobladora Teresa Rodríguez, convertida hoy en emblema de resistencia de una de las organizaciones de desocupados. Al año siguiente se produce el primer piquete en Buenos Aires, en Florencio Varela. Tuvo el éxito de conseguir subsidios estatales. Estos subsidios fueron creados tras los masivos saqueos a centros comerciales de 1989 y fueron extendiéndose en todas las regiones del país a medida que avanzaba la desocupación y la protesta. En seis años, entre 1993 (el Santiagazo) y 1999, se contabilizó 685 bloqueos de carreteras y calles.

Una de las experiencias más importantes en esta lucha es la del Movimiento de Trabajadores Desempleados (MTD) de Solano, cono urbano ubicado a unos 35 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires. Ante la acusación de ser un movimiento "muy limitado y aislado", responden: "El MTD de Solano no es "sólo" un grupo piquetero. Entre corte y corte de ruta se manifiestan los proyectos más potentes del movimiento: las talleres de formación y capacitación, y las formas de contrapoder desde abajo, que se extienden y consolidan más allá, incluso de los planes trabajar y las acciones de lucha.


Entrevista a los piqueteros Jorge J. y Andrés F. en el rancho de zinc, que es local de reunión del Movimiento de Trabajadores Desocupados [Anibal Verón] de Solano
Página 12

A. F.: Nosotros somos un movimiento de trabajadores desocupados donde planteamos la autonomía y la independencia de todos los sectores sindicales, burócratas, con todas las instituciones que están relacionadas con el Gobierno y con los partidos políticos. J. J.: No dependemos de ninguna central sindical ni política.

:: ¿Cómo definirían la identidad de la masa que conforma el movimiento?

A. F.: Como autónoma, popular.

:: ¿Y sin trabajo?

A. F.: Sí, somos trabajadores desocupados.

:: Quiere decir que en la medida en que vayan encontrando trabajo dejarán de ser adherentes.

A. F.: No, porque nuestra consigna no es solamente conseguir trabajo sino trabajo, dignidad y cambio social.

J. J.: Y no consideramos lo que nos da el Gobierno como un trabajo, sino como una limosna. Aunque sabemos que, por el momento, dependemos de ella para nuestra subsistencia.

:: Resulta difícil imaginar que ciento cincuenta pesos puedan resolverles la subsistencia.

A. F.: Lo que pasa es que ese dinero, muy mínimo, nos ha permitido poner en marcha talleres donde fabricamos pan, que luego se vende, al costo, al resto de los compañeros. Entre nosotros abolimos el concepto de ganancia.

J. J.: Y si hay excedentes, porque puede ocurrir, se analiza con todos los compañeros qué se hace con ellos. Vos escuchaste, al llegar, una discusión de éstas.

:: ¿Cuáles son los talleres que han organizado?

J. J.: Talabartería, herrería, carpintería, confección de prendas.

:: Vamos a suponer que pretenden levantar un taller de costura. Explíquennos cómo lo hacen.

J. J.: Básicamente para empezar tenemos que obtener el subsidio.

:: Los ciento cincuenta pesos que el Gobierno da a los jefes de familia sin trabajo. ¿Cómo los consiguen?

A. F.: Se lo peleamos al Gobierno.

J. J.: Se lo arrancamos al Gobierno cortando rutas.

:: Por qué algo que está previsto por ley, o decreto, no sé, tienen que obtenerlo de esa manera?

A. F.: Porque el Gobierno no responde al pedido. En Buenos Aires hay cien mil personas anotadas para acceder a este plan y no han ingresado. La gente se anota pero el Gobierno no responde. La única manera de conseguir algo es cortando rutas.

:: Cortando rutas y negociando.

A. F.: No negociando, nosotros no negociamos con el Gobierno. Exigimos.

:: Está bien, exigen, pero si no hay diálogo ¿cómo llega el dinero hasta ustedes?

A. F.: Nosotros llegamos a una mesa de diálogo donde le planteamos nuestra exigencia. No es una negociación.

:: No les gusta la palabra negociación...

A. F.: No, porque negociar es ir a acordar. Y siempre con el Gobierno se han acordado cosas que no satisfacían las necesidades de los compañeros. Negociar sería que, cuando ellos nos dicen "no tenemos seiscientos planes para jefes de hogar, tenemos trescientos", nosotros aceptáramos levantar el corte de ruta a cambio de los trescientos. Ellos dicen eso y...

:: Ustedes dicen no. "Sólo nos movemos por seiscientos" 

A. F.: Exactamente. "O los seiscientos o nada."

J. J.: Cuando el trabajador era obrero en una empresa y tenía exigencias que el patrón no aceptaba terminábamos tomando la empresa. Nosotros, hoy, no tenemos empresa para tomar. Al tomar la ruta, descubrimos que con esa toma trabamos los medios de producción. No pueden circular los camiones, no pueden circular los correos, no pueden circular los micros. La producción se paraliza. Para nosotros, como desocupados, es una herramienta de lucha valiosísima. Nosotros reivindicamos la lucha de los compañeros, las pelotas que han tenido los compañeros Che Guevara, Santucho. Lo leales que fueron a sus convicciones, pero hoy nosotros no creemos que esa sea la metodología. El poder no se obtiene a partir del sillón de Rivadavia. El poder se construye. Y todavía nadie sabe cuánto tiempo lleva construirlo.


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