martes, 9 de agosto de 2011

EE.UU - La huelga de hambre en la Bahía Pelícano y el legado de torturas en las prisiones

Por Jordan T. Camp traducido por mi.

En el día 1 de Julio del 2011 prisioneros encarcelados en la prisión estatal de Pelican Bay iniciaron una huegla de hambre en protesta por las condiciones de las secciones de confinamiento solitario (SHU). En estas unidades de seguridad o "prisiones dentro de las prisiones" como son conocidas, prisioneros son confinados en aislamiento por 22 horas de las 24 del día y sufren privaciones sensoriales extremas. Las demandas del multiracial grupo de huelguistas de hambre incluyen: findel confinamiento solitario, poniendo castigos individuales en vez de grupales, abolición de la política de información de los grupos, mejor comida, vestimentas adecuadas, clases de arte, privilegios de teléfono y suficientes cuidados a la salud como más luz solar(1). En organización de las dramáticas protestas los prisioneros han inspirado olas de acciones en solidaridad, de los cuales participaron 6.600 prisioneros de al menos una tercera parte de las prisiones de California.(2)
La prisión estatal de Pelican Bay fue abierta en la ciudad de Crescent, California en 1989 como la primera prisión del estado de supermáxima seguridad. En medio de una crisis fiscal del estado, el gobernador republicano de California, George Deukmejian legitimó la construcción de esta istitusión de 200.000 millones de dolares en nombre de la seguridad, la ley y el orden (3).
Dentro del mandato de Deujmejian en California, el estado se embarcó en una expasión de prisiones sin presedentes (4). Una vez construida, Pelican Bay, fue celebrado como un modelo para la seguridad del país. Describida por los oficiales del estado y las mayores cadenas mediáticas como una manera de contener los prisioneros que con lo "peor de lo peor", Pelican Bay representó la extensión de un modelo de encarcelación desarrollado en la prisión federal "Marion" en Illinois Sur (la primer prisión federal de supermáxima seguridad) (5). De acuerdo con Marc Mauer, "los adminitradores de las prisiones aparentan haber elegido un curso que va en contínua escala de represión como un modo de control (6). A principios de los 90´s, 36 estados adoptaron el uso de las prisiones de supermáxima seguridad, una marcha represiva que los organizmos de los derechos humanos llamaron una "Marionización" en los abusos a los derechos humanos en los Gulag de los EE.UU, en violación a las reglas mínimas estandar de las Naciones Unidas para el tratamiento de prisioneors, protegiéndolos contra las torturas (7). Al cambio de el siglo 21, los EE.UU. posee 60 instituciones de supermáxima seguridad en 44 estados. Los prisioneros son desproporcionadamente negros y latinos. Criticas legales, intelectuales y del periodismo crítico continúan en discusión que estas instituciones violan los derechos humanos y realizan torturas (8).

En una reciente decisión de la Suprema Corte, Brown contra Plata, se descubrió que las prisiones de California representan serias violaciones a los derechos constitucionales. En rechazo a comer por 3 semanas los prisioneros de Pelican Bay en huelga de hambre, no solo han endosado el fallo de la suprema corte, sino que también han desafiado a la encarcelación por razas: la perpetuación de la frase de Ruth Gilmore para definir racismo "grupo diferenciado de la vulnerabilidad, a la muerte prematura de dicho grupo social" (9).
Como Michelle Alexander y Ruth Gilmore discuten, la encarcelación en masa no solo es una "política de destrucción pública", sinó que también "moralmente indefensible como un sistema de dominación racial y de exclusión social." (10) Mientras que la mira inmediata de los huelguistas es parar la continua expansión de la utilización de la tortura y los abusos en los derechos humanos, es parte de la larga lucha de la encarcelasión masiva de la gente de color pobre (11).
Estas luchas merece el mayor apoyo posible desde cualquier persona quien quiera cambiar el mundo.(12)

Notas:
(1) http://prisonerhungerstrikesolidarity.wordpress.com/the-prisoners-demands-2/.
(2) “6,600 Prisoners Refused Meals,” Los Angeles Times, July 6, 2011, http://mobile.latimes.com/.
(3) Mike Davis, “Hell Factories in the Field: A Prison Industrial Complex,” The Nation 260: 7 (February 20, 1995): 229-234.
(4) Ruth Wilson Gilmore, Golden Gulag: Prisons, Surplus, Crisis, and Opposition in Globalizing California (Berkeley: University of California Press, 2007), 26.
(5) Alan Eladio Gómez, “Resisting Living Death at Marion Federal Penitentiary, 1972,” Radical History Review 96 (Fall 2006): 58-86.
(6) Marc Mauer, The Lessons of Marion, The Failure of a Maximum Security Prison: A History and Analysis, With Voices of Prisoners (1985, reprt., Philadelphia: American Friends Service Committee, 1993).
(7) Office of the United Nations High Commissioner for Human Rights, “Convention against Torture and Other Cruel, Inhuman or Degrading Treatment or Punishment,” (December 10, 1984), http://www2.ohchr.org/english/law/cat.htm; David Matas, Allegations of Ill-Treatment in Marion Prison, Illinois, USA (London: Amnesty International, Jan. 1987).
(8) Craig Haney, “Mental Health Issues in Long-Term Solitary and ‘Supermax’ Confinement,” Crime and Delinquency 49:1 (January 2003): 124-156; Jared Sexton and Elizabeth Lee, “Figuring the Prison: Prerequisites of Torture at Abu Ghraib,” Antipode (2006): 1005-1022; Colin Dayan, “Due Process and Lethal Confinement,” South Atlantic Quarterly 107:3 (Summer 2008): 496; Avery F. Gordon, “The U.S. Military Prison: The Normalcy of Exceptional Brutality,” in The Violence of Incarceration, ed. Phil Scraton and Jude McCulloch (New York: Routledge, 2009), 174; Atul Gawande, “Hellhole: The United States Holds Tens of Thousands of Inmates in Long-term Solitary Confinement. Is This Torture?” The New Yorker, March 20, 2009, www.newyorker.com.
(9) Gilmore, Golden Gulag, 28.
(10) Michelle Alexander and Ruth Wilson Gilmore, “Prison Edict Backlash Reveals Race Bias,” Sacramento Bee, June 5, 2011, http://www.sacbee.com/2011/06/05/3675866/prison-edict-backlash- reveals.html.
(11) Angela Y. Davis, Abolition Democracy: Beyond Empire, Prisons, and Torture (New York: Seven Stories Press, 2005).
(12) Colin Dayan, “Barbarous Confinement,” New York Times, July 17, 2011, http://www.nytimes.com/2011/07/18/opinion/18dayan.html.
Jordan T. Camp studies the relationships between race, class, culture, and social movements in the context of neoliberal globalization and prison expansion. His recent and forthcoming work appears in American Quarterly, Kalfou, Race and Class, and In the Wake of Hurricane Katrina, edited by Clyde Woods (The Johns Hopkins University Press). He received his Ph.D. in sociology at the University of California, Santa Barbara.

Expropiado de:

Prisoner Hunger Strike Solidarity



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